Considera una gran movilización social las 12.500 personas que acudieron a Ferraz, en buses fletados por el PSOE desde toda España, y esta pifia la toma como excusa para continuar como presidente de Gobierno.

Si la respuesta a una carta dirigida a 48 millones de españoles provoca la reacción de 12.500 militantes socialistas, periodistas del “régimen sanchista” y de un puñado de artistas subvencionados, y esto se considera una gran movilización social que justifica su continuidad al frente del Gobierno, entonces el Sr. presidente tiene un serio problema de interpretación.

Si la denuncia sobre actuaciones cuestionables de su esposa, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias, es equiparable a querer relegar el papel de la mujer al ámbito doméstico, el problema de interpretación se agrava.

Pedro Sánchez manipula la realidad, reacciona con pataleta de adolescente y desencadena una deriva dictatorial amenazando a la prensa libre y al poder judicial

Si las formas de acabar con el tan cacareado fango, la protagonizan la vicepresidenta Montero a las puertas de Ferraz como si estuviera enajenada, y el ministro de Transportes afirmando que ‘Pedro Sánchez es el puto amo’ y es aplaudido sin que nadie de sus filas cuestione este esperpento, estamos ante un serio problema de percepción.

Si la prensa libre e independiente, que escapa al control del sanchismo y actúa como contrapoder frente a la actuación del Gobierno, es acusada de difundir bulos y falsedades sistemáticamente, y es amenazada con una “limpieza”, entonces ya no estamos ante un problema de interpretación, sino ante una deriva dictatorial.

Pedro Sánchez anunció una limpieza y una regeneración que, para el resto de los españoles, significa censura de los medios de comunicación críticos y asalto a la independencia de los jueces

Si la “regeneración” anunciada por el Sr. presidente va en la línea de politizar la justicia, acabando con su independencia para aglutinar el Tercer Poder al servicio de Tirano Pedrone, entonces no hay un problema de percepción, sino unas claras intenciones totalitarias.

Levantó el muro, polarizó aún más la sociedad, reabrió las dos Españas y despertó el odio. Y ahora, como no le gustan las consecuencias de jugar al “estás conmigo o contra mí”, recurre a la limpieza y a la regeneración.

Pedro Sánchez levantó un muro, enfrentó a la sociedad y despertó el odio hacia el que no piensa como él quiere

Todo parece una burla a una sociedad hastiada de una clase política mediocre, que lleva décadas demostrando con sus actitudes que, lejos de buscar el progreso y el bienestar de los ciudadanos, se afana en defender sus propios intereses personales y a particulares, pagando el precio que sea a costa del patrimonio de la Sociedad Española.

Hacemos nuestras las últimas declaraciones de Alfonso Guerra, veterano socialista que los ha sido todo en el PSOE, que ve a Pedro Sánchez “cada vez más autocrático” y considera que “un gobierno que ataca a la prensa está está cavando su propia tumba” porque se trata de un elemento central de una democracia. Guerra declaró al diario The Times que Pedro Sánchez realiza maniobras que “no son compatibles con la democracia parlamentaria” y que está contribuyendo a agrandar la división de las dos Españas y a originar un “grave deterioro de la imagen internacional de España”

Corren malos tiempo para las libertades en España.