Después de casi tres años de espera, el Dépor logra la ampliación del convenio tras el enfrentamiento de la alcaldesa con el club.
Realmente han sido días muy lamentables los vividos durante esta semana. El Dépor se hartaba de esperar por la renovación del convenio municipal que le permite disputar los partidos en el Estadio de Riazor y plantaba a Inés Rey el pasado lunes. A partir de ahí se sucedió una cascada de despropósitos y, afortunadamente para el deportivismo, ayer las aguas volvieron a su cauce.
Inés Rey acusó al máximo accionista del Dépor de “chantajear” y “faltar al respeto” e incendió, todavía más, la tensa situación
La rueda de prensa de la alcaldesa fue realmente lamentable. En lugar de bajar el tono y buscar el consenso, escogió el camino del populismo enfrentado a la afición con el máximo accionista. Fijo su diana en el “banco malo” que quiere “chantajear” a la ciudad, habló de “falta de respeto” al gobierno municipal y, con su actitud, incendió todavía más la tensa situación y provocó que muchos aficionados se posicionasen en contra de quién ha sostenido económicamente un club en tercera división, incluso hablando de que la alcaldesa tenía que echar al club del estadio de Riazor y que el máximo accionista tenía que construirse su propio estadio. Es decir, Inés Rey apostó por el enfrentamiento, por el victimismo y por el populismo para tratar de sacar rédito político.

Foto. Álvaro García Diéguez, presidente del Dépor, acusó a la alcaldesa de “faltar a la verdad” cuando negó que el club le hubiese enviado un borrador de convenio de colaboración
En esa rueda de prensa, Inés Rey desveló que no había hecho los deberes en los tres últimos años, ya que reconoció que ese mismo día había enviado al Dépor la certificación que exigía la Liga de Fútbol Profesional para acreditar el uso del Estadio de Riazor, para disputar los partidos en Segunda División. Tres años sin hacer los deberes y ha tenido el Dépor que realizar una maniobra disruptiva para que la alcaldesa se pusiese a hacer su trabajo.
El presidente del Dépor afirmó que “sólo hemos encontrado retrasos y ninguna explicación” para firmar el convenio de colaboración por parte del gobierno de Inés Rey
Hay que señalar que la alcaldesa, en la rueda de prensa, afirmó que entiende el deportivismo “como un sentimiento de ciudad”. En primer lugar, señalar que, de los tres cabezas de lista del ayuntamiento coruñés, sólo el portavoz del PP es socio del Dépor y que la alcaldesa acudió regularmente a los partidos del Dépor en la campaña electoral – todavía suenan los silbidos y abucheos de reproche de la afición – y en esta última temporada cuando el equipo empezó a remontar y comprobar que había serias opciones de ascenso. Es decir, en realidad Inés Rey “ha acudido en auxilio del vencedor” y que se le nota demasiado el postureo político.
Ni el Consejo de Administración del Dépor y, todavía menos, la alcaldesa Inés Rey, han estado a la altura de una afición que ha dado un ejemplo a toda España de lealtad, entrega y pasión
Por su parte, Álvaro García Diéguez, presidente del Consejo de Administración del Dépor, en su respuesta a la rueda de prensa de Inés Rey, acusó a la alcaldesa de “faltar a la verdad” cuando negó que el club le hubiese enviado un borrador de convenio de colaboración y afirmó que “sólo hemos encontrado retrasos y ninguna explicación” para firmar el convenio de colaboración por parte del gobierno municipal.
Inés Rey pudo tomar la solución anunciada ayer hace más de dos años y y así evitar el encontronazo del pasado lunes
Las conclusiones están bastantes claras. Ni el Consejo de Administración del Dépor y, todavía menos, la alcaldesa Inés Rey, han estado a la altura de una afición que ha dado un ejemplo a toda España de lealtad, entrega y pasión. Es una buena noticia que, por fin, tras un absurdo pulso, la alcaldesa haya hecho los deberes y aplique una solución que pudo decidir hace más de dos años: prorrogar el convenio por el plazo máximo legal que le permite la normativa. Ella sabrá porque no lo ha hecho antes.
Lo que está claro es que el ayuntamiento está en manos de una alcaldesa que se pelea con los vecinos de las Casas de Franco, con los de Matogrande, con los de Mote Alto, con los de Os Mallos, con el Dépor, con la Xunta, con la Autoridad Portuaria y con todo aquel que no se pliegue a sus caprichos.