Si bien el término ciclear no es aceptado por la RAE, sí he corroborado que de forma vulgar hay personas que se han acostumbrado a su uso. La definición popular es, por lo tanto, el acto de andar en bici. Lo que la academia recomienda es que se use “pedalear” aunque reconoce que puede sonar ambiguo. Fuera de todo, nosotros nos vamos a servir de este término extraoficial para parodiar el histórico lema coruñés. “La Coruña, la ciudad de ciclear, donde nadie encuentra aparcadero”.

Y es que la semana pasada el Ayuntamiento de La Coruña nos mostraba a través de sus redes sociales a la alcaldesa, Inés Rey, visitando en periodo preelectoral las obras de la Avenida de la Habana que pretende desarrollar un carril bici que una el paseo marítimo con la Ronda de Nelle. Sin embargo, lo que más hilaridad ha causado a los ciudadanos que han reaccionado al anuncio ha sido el hecho de que el comunicado oficial afirme que va a haber más plazas para aparcar. Concretamente “22 nuevas plazas de aparcamiento en batería” que se consiguen ‘gracias’ a la eliminación de un carril entero. “¿Aparcar?”, preguntaban los coruñeses dentro de la caja de comentarios.

Y es que los ciudadanos no olvidan aquellas declaraciones de la alcaldesa que relacionaban la tenencia de vehículos con las vacas. “Si se compra una vaca será porque tiene un establo”. De esta manera Inés Rey vilipendió a sus votantes que en reiteradas ocasiones han alzado la voz para denunciar un problema cada vez más obvio: faltan plazas de aparcamiento. “Perdimos cuatro plazas de párking por cambiar de ubicación la estación de bicicletas” dijo entonces el presidente de la entidad vecinal de Matogrande para el Ideal Gallego. Y esa parece haber sido la dinámica. Numerosos vecinos ven como la implementación de las bicicletas acarrea pérdidas inexplicables de otros tipos de movilidad.

Tras ochos años sin ningún Plan de Movilidad, de eliminar cientos de plazas de aparcamiento sin dar alternativa y de desviar la atención diciendo que el problema es que la gente no tiene “establos”, Inés Rey trata de vender como un logro esas 22 plazas en una de las zonas en las que el problema no es tan llamativo.

Pero eso no es todo. Y es que se nos olvida la responsabilidad intrínseca que tiene la ciudad como capital de provincia para con los ayuntamientos colindantes. La Coruña ofrece servicios básicos – y, según los del partido de Inés Rey, derechos universales– como los sanitarios o administrativos. Muchos, incluso, necesitan de la ciudad herculina para comprar ropa y enseres. Entre esas personas se encuentran muchos que no pueden acceder a esos servicios si no es gracias a un vehículo privado – por malas combinaciones de buses o problemas de cualquier tipo–.

Es, por tanto, responsabilidad de La Coruña ofrecer, por lo menos, un espacio para que esas personas puedan aparcar para acceder a los servicios básicos y, también, unas vías por las cuales se pueda circular con facilidad. La idea de crear esa “ciudad de ciclear” es absurda ante una población envejecida como la gallega que lo que realmente necesita es poder acceder a la puerta de su hospital, a la sucursal del banco que cerraron en su aldea o a la Policía Nacional para renovar el DNI.

Queda claro, entonces, que 22 plazas aisladas no corresponden un logro tras todo este proceso que ha dejado a la ciudad en una situación que necesita ser corregida en los próximos meses.

Por Benjamín Santamaría