La superluna de comienzo de septiembre vino a recordarnos lo poco previsores que somos los humanos… Somos invasores, poco consecuentes, entregados al destino y plañideras cuando ocurre lo que ocurre… “ A auga sempre recupera o seu espazo” repiten sin cesar los lugareños.
En esta ocasión las mareas vivas, también llamadas lagarteiras, vinieron acrecentadas respecto a lo que marcan las tablas por la dirección de empuje de la corriente marina hacia la entrada de la Ría de Betanzos.
A los que las circunstancias nos obligó, a base de palos, a aprender lo que es ese empuje del mar, ya sabemos que esa circunstancia puede sobre elevar el nivel de marea entre 20 y 50 cm según su fuerza.
Este fenómeno se repite cada cierto tiempo cuando se conjugan simultáneamente circunstancias … en esta ocasión no se le sumó el fenómeno de lluvias torrenciales, pero creo que fue suficiente para dejar al descubierto nuestras debilidades.
Nada que ver con el desastre repetitivo que ocurría en el barrio de la Ribera antes de acometer la obra de drenaje marino automático hace ya algunos años. Esa obra fue un ejemplo de actuación exitosa para corregir un error de planificación propia. En ese caso la vergüenza era generalizada pues aparte de inundarse viviendas, también lo hacia la propia N VI a su paso por el barrio.
Hay quien defiende un planteamiento conservador a futuro, eliminando cualquier planificación en zonas de riesgo, y quien se acuerda de Santa Bárbara cuando llueve.
Lo primero que hay que analizar es el riesgo, porque aparte de todas esas circunstancias que hoy ya contemplamos, nos anticipan “los expertos” que el nivel del mar subirá 1 cm por año fruto del deshielo y otros factores … ¡Iremos viendo!
Se puede vivir por debajo del nivel máximo de marea. Sí , pero los esfuerzos e inversiones requeridos para ello hay que sopesarlos cuando hay otras alternativas.
A mi juicio hay que ser prudente cara a nuevos desarrollos e ir previendo actuaciones para minorar los riesgos futuros en zonas ya desarrolladas, y que, como en la foto, se encuentran ya hoy al límite.
Caso paradigmático, por lo negativo, es el nuevo tramo del puerto de Betanzos, construido hace 15 años, que desde el primer momento ya se encontraba por debajo del nivel máximo de marea entonces.
La solución de la Ribera … ¡excelente, sin dudarlo! … pero no puede ser un modelo a seguir sino algo que debemos evitar.
¡Es solo mi opinión!