Pedro Sánchez, con sus continuos “cambios de opinión”, Marlaska, con su estrategia de no asumir ninguna responsabilidad de su nefasta gestión y Ábalos, con su grave problema de memoria que le impide asumir los manejos corruptos de su amigo Koldo, están llevando al precipicio al PSOE.
Son el equipo A del PSOE. Los destroyer del progresismo. Todo empieza y todo acaba, pero el tránsito ha sido convulso. En estos cinco largos años de sanchismo hemos visto de todo: renunciar a los principios de igualdad entre territorios, arrojarse en brazos de los independentistas catalanes, pactar con los herederos de ETA, tener insomnio con Podemos por la mañana y pactar por la tarde, dar su “palabrita del Niño Jesús” de no aprobar los indultos a los golpistas catalanes y asegurar que tampoco iban a aligerar las penas por malversación, cambiar la política exterior en el asunto del Sáhara y hacerle la ola al Rey de Marruecos, asumir la necesidad de impulsar la amnistía para perdonar los delitos del fugado Puigdemont y su tropa por la sencilla razón de que el “amado líder socialista” necesitaba sus siete votos para seguir en La Moncloa …. Todo eso, y mucho más, se justificó con “cambios de opinión”, una forma bastante chabacana de calificar la sarta de mentiras que se desgranaron en estos largos cinco años de legislatura errática.
Pedro Sánchez uso a los líderes municipales y regionales del PSOE para que pagasen los platos rotos de sus desvaríos en los comicios municipales y autonómicos.
Ninguno de los dislates le pasó una factura muy cara a Tirano Pedrone. Primero logró que pagasen los platos rotos los candidatos socialistas en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023. Después libró por los pelos en las elecciones generales del 23J, engañando a buena parte de su electorado y asegurando que no iba a aprobar una amnistía y un referéndum de independencia en Cataluña. Ahora ha sacrificado al candidato socialista a la Xunta de Galicia, Gómez Besteiro, que ha pagado el pato de los desvaríos de la tropa sanchista.
Pedro Sánchez se parapeta detrás de los líderes regionales y locales y los utiliza como pañuelos de usar y tirar. Lo importante es que la supervivencia a toda costa del Joker, aquel que se reía a carcajadas en el Congreso de los Diputados del líder de la oposición, y de paso de todos los españoles, cuando le censuraban sus desvaríos constantes. Ahora, con los últimos acontecimientos, tiene mala cara y ha perdido la sonrisa, e incluso la cordura, y proclama que el PSOE tiene un compromiso con la “ejemplaridad”.
La mayor prueba de que su trayectoria cambiante le está pasando una factura inasumible, es que no se atreve a convocar Elecciones Generales y darle la palabra al pueblo español. Seguirá desangrando al PSOE en cada cita electoral, de forma inminente en las elecciones del País Vasco y en los comicios europeos donde, si la sociedad española tiene dos dedos de frente, le enviarán un mensaje alto y claro a este aprendiz de brujo, al que le ha reventado la pócima mágica con la que quería engañar a todos y todo el tiempo.
La presunta trama de corrupción del socialista Koldo García se desarrolló en plena pandemia, cuando fallecían cada día miles de personas.
Hay quien sostiene, nosotros también, que Pedro Sánchez no va a llegar vivo a las elecciones vascas, debido fundamentalmente al escándalo de corrupción que presuntamente se cierne sobre Koldo García Izaguirre, lugarteniente del que fuera ministro de Transportes, Jose Luis Ábalos, que empezó a trabajar como asesor gracias a la recomendación de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE que llevó el peso de la negociación con Puigdemont. Koldo pasó de ser portero de locales de alterne a escolta y chófer del partido, para terminar como máximo hombre de confianza de Ábalos en el Ministerio y consejero de Renfe.
Koldo jugó un papel destacado en el escándalo del “Delcygate” en Barajas, donde circularon sospechosas maletas de las que nunca se desveló el contenido, y ha sido vitoreado por el propio Pedro Sánchez: “el último aizkolari socialista… un guerrillero de grandes dimensiones físicas y corazón comprometido, un referente político en la lucha contra la crisis…”. Pues va a ser que no, Sr. Sánchez, Koldo solo es un (presunto) chorizo progresista (de los que se hacen millonarios mientras muchas personas fallecían por el COVID 19), que se embolsó no menos de 1,5 millones en comisiones por su intermediación en la trama corrupta, según las investigaciones judiciales.
Los contratos de compra de material sanitario investigados ascienden a 54 millones de euros, aunque hay quien sostiene que solo se trata de la punta del iceberg.
Las investigaciones judiciales cifran el lucrativo negocio de Koldo y sus secuaces en contratos por valor de 53 millones en material sanitario durante la pandemia, a través de la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL. Para entendernos, estos destacados “progresistas” aprovecharon el caos de la pandemia, con miles de personas que fallecían a diario durante ese trágico período, para lograr contratos millonarios, a dedo y sin concurso, en varios ministerios y comunidades autónomas gestionadas por gobiernos socialistas. A ver si resulta que el famoso Comité de Expertos anunciado durante la pandemia por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, estaba compuesto por Koldo y sus compinches.
Hay quien sostiene que solo se trata de la punta del iceberg y que las investigaciones judiciales irán desgranando a lo largo de los próximos días todo el entramado de la “koldosfera” que, al parecer, va a salpicar a más personas relevantes del PSOE. Ante este grave incendio, Sánchez está enviando recados a Ábalos, a través de sus ministros más próximos, para que dimita y entregue su acta de diputado. Quiere activar un cortafuegos urgentemente para que el agua no le llegue al cuello al líder de los socialistas.
La nefasta gestión del ministro Marlaska también han deteriorado de forma significativa la imagen del gobierno socialista y la tragedia de Barbate es la puntilla definitiva a su injustificable trayectoria.
Dejo para el final al inefable Marlaska. La lista de sus “hazañas” es interminable. Ha tragado con enviar a los presos de ETA al País Vasco cediendo a las presiones de Bildu, ha desprovisto de competencias a la Guardia Civil en Navarra, ha metido a Bildu en la Comisión de Secretos Oficiales, no ha movido una pestaña ante los homenajes a etarras en el País Vasco, ha cesado de forma ilegal y maltratado injustamente al Coronel Pérez de los Cobos, el Tribunal Supremo ha condenado la expulsión de los menores de Ceuta, ha sido reprobado en el Congreso de los Diputados y, lo más grave, ha desmantelado el grupo operativo de la Guardia Civil que combatía el tráfico de drogas en el Estrecho de Gibraltar y es responsable de la escasez de medios humanos y embarcaciones, que ha sido la antesala que ha propiciado la tragedia de Barbate, donde los narcotraficantes han asesinado a dos agentes y han dejado heridos graves a otros dos. Recomendamos encarecidamente la lectura del artículo “la dignidad perdida” de nuestro columnista decano, sobre la última ignominia de este ministro.
Es curioso el karma. Pedro Sánchez accedió a la presidencia del Gobierno de España mediante una moción de censura, con el argumento de combatir la corrupción del anterior gobierno y, lo más probable, es que su carrera política finalice de forma abrupta por un caso de grave corrupción. Es curioso, aquella moción de censura fue defendida por el que hoy está bajo la sombra de la sospecha y del que tratan de deshacerse a toda costa desde las filas socialistas, el inefable José Luis Ábalos. Les dejo a continuación un vídeo impagable con trozos de aquella intervención que se puede utilizar ahora para decir aquello de ¡Váyase Sr. Sánchez!