La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha cesado al presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, tras generar un agujero de 1.200 millones en cinco años y perder un 10% de cuota de mercado

El pasado julio de 2018 Juan Manuel Serrano era nombrado presidente de Correos, empresa pública controlada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Antes de su nombramiento, Juan Manuel Serrano era el jefe de gabinete de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, habiendo desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en la Federación Española de Municipios y Provincias. Pero el cargo más importante que debería figurar en el curriculum vitae de este señor, y por el que ha sido capacitado para el puesto, ha sido ser amigo del presidente del Gobierno Pedro Sánchez. Se desconoce si ser marido de la diputada socialista Isaura Leal, capacitó adicionalmente al “ejecutivo” para poder optar a su puesto.

Hasta tal punto ha llegado la nefasta gestión de Juan Manuel Serrano, que la recién nombrada vicepresidente primera del Gobierno y ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, ha forzado su cese tras haber costado a los españoles 1.200 millones de euros por su gestión directa al frente de Correos. Estás pérdidas van contra su accionista, la SEPI, que a su vez tiene que financiar Hacienda. Y ya sabemos que Hacienda somos todos. Por lo que, siguiendo el silogismo, se puede afirmar que, el ya exdirector de Correos, ha costado con sus decisiones a los españoles 1.200 millones de euros. 

Además de las citadas pérdidas en 5 años, Correos ha perdido un 10% de cuota de mercado en 4 años. Por otro lado, los vientos de cola del sector, que han hecho que todos sus comparables crezcan, parecen no haber ayudado a la empresa pública; que se ha escudado en la guerra de Ucrania y en la inflación para explicar sus cifras. En cuanto al número de envíos medios al día, su número ha descendido en un 50% desde 2018. Por comparar, el resto de las compañías privadas de su sector han crecido un 11%, de media, en esos 5 años de gestión de Juan Manuel Serrano al frente de Correos.

Pedro Sánchez ha esperado 5 años y más de 1.200 millones en pérdidas para cesar a su amigo Juan Manuel Serrano, máximo responsable de este desastre. Ahora falta esperar a ver dónde lo recolocan

Correos tiene varias particularidades y es que no es solamente una empresa de paquetería, sino que también tiene un importante patrimonio inmobiliario que podría ser gestionado como una línea de negocio diferente. Ya hemos visto lo que sucede cuando pones a competir a una empresa pública con un presidente inepto frente a las empresas privadas del sector. No solo la ineficiencia llega a los puestos directivos sino a las decisiones comerciales y son la causa de la debacle de una empresa pública que siempre ha cumplido una función estratégica, sobre todo en lo que se conoce como la España vaciada.

La exigencia de responsabilidades no debería solo centrarse en la inhabilitación del, hasta esta semana, máximo responsable ejecutivo de Correos, Juan Manuel Serrano, para cualquier cargo que implique la gestión pública. También habría que dirimir las responsabilidades de la comisión de nombramientos de Correos, encargada de velar por la idoneidad de las personas que acceden a cargos ejecutivos en la empresa pública. Este hecho en la empresa privada es impensable, o al menos durante tanto tiempo, puesto que los gestores privados suelen tener un alineamiento en base a retribución y, en caso de empezar a perder dinero de manera poco comprensible, serían cesados al momento. Adicionalmente, Juan Manuel Serrano ha demostrado una incompetencia sobrevenida en la gestión del ente público y, de forma incomprensible, Pedro Sánchez ha esperado 5 años y más de 1.200 millones en pérdidas para cesar a su amigo Juan Manuel Serrano, máximo responsable de este desastre. Ahora falta esperar a ver dónde lo recolocan.

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