Los que nos dedicamos al sector servicios estamos acostumbrados a tener que lidiar con periodos de absoluto desborde con otros de patente tranquilidad. Podríamos entender como vivible todo esto si contásemos con un mercado laboral tan dinámico como antaño…lo que hemos visto este mes de agosto no me parece una buena señal cara la sostenibilidad del
modelo.

Infinidad de locales sin poder cubrir plantillas, días de cierres patronales donde nunca los hubo, algún local literalmente cerrado por falta de personal, aprendices al comando (con voluntad pero sin un experto en quien mirarse)…y ahora, en septiembre, aún época alta, cerrados por vacaciones del personal.

Hay que entender que muchos de estos servicios estacionalizados viven de la oportunidad para sobrevivir el invierno, y, o bien hay muchos excedentes o este invierno para ellos será más cuesta arriba.

¿Hay realmente falta de mano de obra?, ¿los convenios se están cumpliendo?, ¿qué pasa pues?

Este país tiene muchos retos por delante: Envejecimiento de la población, dificultad de acceso a la vivienda… Pero, desde mi punto de vista, el más acuciante es la puesta en valor de la verdad sobre el espejismo.

Los que nos movemos en redes no dejamos de recibir entradas en las que nos venden como normal ganar 4.000 euros mensuales y otras maravillas que no hacen mas que deformar las expectativas hacia lo imposible.

Los que nos criamos en la transición tuvimos dos fortunas: la primera es aprender a sumar junto a un país entero después de 40 años oscuros. Y la segunda, ser testigos de los esfuerzos de nuestros padres y abuelos para ser lo que hoy somos… ¡Sabemos bien que nada es regalado!

Poner un huevo encima de otro era una expresión muy típica para entender lo que es la lucha. Hoy esa verdad se ha cambiado por términos tan necesarios como deformables: Inclusión, Integración, Igualdad… La protección hoy inunda el mensaje.

A su vez hemos relegado otros tan importantes como: Iniciativa, Consecuencias, Responsabilidad… Se ha eliminando del imaginario de nuestros jóvenes el Riesgo.

Esa protección frente a un riesgo inexistente está dibujando un nuevo perfil…vivir solo el presente, desapego a todo y a todos. La familia, la propiedad y el territorio pasan a ser lastres para ese “Yo” sujeto de derechos, profundamente libre y al que nada se le puede exigir.

Escribí un artículo para Ascega Hoy en Mayo de 2022 que se titulaba: “ Hasta que pete todo”…y en esas estamos, porque la naturaleza tarde o temprano obrará.

Como decía Aristóteles “en el punto medio está la virtud”…seguro que llegará, mientras tanto no rompan muchos platos.

@ahoynoticias