Las empresas, tanto españolas como internacionales, están apostando cada vez más por herramientas relacionadas con la Inteligencia Artificial. Los usos son innumerables. Hay compañías que utilizan esta tecnología para mejorar la eficiencia de sus procesos productivos. Con ella, las industrias son capaces de detectar excesos y sobrecargas evitables a la hora de la fabricación. Incluso hay quien lo está usando para el ordenamiento del suministro de agua en campos de cultivo o para su provisión en edificios residenciales. 

A esto habría que sumarle el próximo gran reto: la computación cuántica. Este método de programación, aunque suene a ciencia ficción, es capaz de utilizar los procesos cuánticos en la informática. Es decir, la lógica de ceros y unos sería sustituida por modelos probabilísticos que abrirían un mundo de posibilidades. Las reducciones del gasto energético serían extremadamente notables, por lo que se mejoraría la eficiencia de todos los sectores de la economía.

Aunque suene a cosas del futuro, esto está sucediendo a día de hoy. Sin embargo, el tema es tan nuevo que falta algo esencial: un punto de referencia. Partidos políticos de varias localidades de España han propuesto ya crear ‘hubs’ con el objetivo de convertirse en la capital de la Inteligencia Artificial. Una idea muy pertinente pues en Europa aún no ha surgido un núcleo de esta tecnología. Cuando nosotros pensamos en turismo pensamos en Canarias o en el Mediterráneo, cuando pensamos en coches pensamos en Alemania, cuando pensamos en el sector financiero pensamos en Luxemburgo o Suiza… Pero, ¿cuando pensamos en Inteligencia Artificial en qué pensamos?

Esto es una oportunidad. Por ello, todos los pasos que se den en este sentido son bien dados. No obstante, es necesario que aquel que quiera erigirse como el representante de las nuevas tecnologías sea consciente de varias cuestiones:

  • Es un reto constante, no se debe bajar la guardia.
  • Surgirán competidores.
  • Hay que apostar de lleno en los procesos anteriores (programación, investigación, atracción de empresas…)
  • La Inteligencia Artificial es algo completamente deslocalizado.

Este último punto es especialmente importante. Las nuevas tecnologías permiten un rápido desplazamiento: todo es información y la información no es material. Por tanto, la cuestión no es tanto atraer infraestructura (que también) sino atraer a las personas que se dedican a esto para que tengan un lugar en el que diseñar, llegar a acuerdos, planificar… Lo importante es crear un ambiente saludable para trabajadores y empresas de este sector.

Si La Coruña quiere ser un referente en esto (y puede que tenga la oportunidad de hacerlo) debe olvidarse de quedarse solo en lo superficial. En cuanto otra ciudad comience a vender su marca más le vale haber dado los pasos necesarios para que no sea capaz de hacerle frente.