Mientras se deposita sobre Rusia el foco de la injerencia exterior, Italia controla las principales empresas españolas vinculadas al sector de los medios de comunicación, el energético y el de infraestructuras.

Hasta el Parlamento Europeo –que, por cierto, digo yo que deben estar hasta la coronilla de que los españolitos no lavemos nuestros trapos sucios en casa- ha llegado estos días el asunto de las presuntas conexiones entre el independentismo catalán y el gobierno de Vladimir Putin y de las injerencias del Kremlin y del estado ruso en la política española. Más allá de la oportunidad o de la necesidad de investigar en sede europarlamentaria tal cuestión, lo que me sorprende y, hasta cierto punto, me enoja es que no se esté hablando tanto o más de otras injerencias foráneas que influyen y pervierten de manera más directa y ostensible en la sociedad, en la política y en la economía de nuestro país.

Hablo concretamente, de la injerencia de un país de la Unión Europea, que se supone aliado, y que no obstante se ha ido haciendo con el control de numerosas empresas y sectores estratégicos en España.

Mediaset, empresa líder en el sector audiovisual en España (Telecinco, Cuatro…) es propiedad de un empresario italiano y Atresmedia (Antena 3, La Sexta…) por el grupo italiano DeAgostini.

Me sorprende que no se ponga el foco- tan solo de refilón- y que no se investigue con mayor profusión las consecuencias que puede tener -y que, de hecho, seguro tiene- el que la empresa líder del sector audiovisual en España, Mediaset (Telecinco, Cuatro, Boing, Divinity…), sea propiedad del socio de gobierno de la ultraderechista Meloni, primera ministra del país transalpino. Máxime cuando sabemos de sobra que el finado Berlusconi no era precisamente de los que daban puntada sin hilo, – al engaño a Zapatero me remito- ni en el ámbito de la política ni en el de la economía.

Pero no es la de Mediaset la única injerencia de Italia en el sector de los medios de comunicación españoles. El mayor accionista de la corporación Atresmedia (Antena 3, La Sexta…), el otro gran gigante audiovisual de nuestro país es el grupo italiano DeAgostini, que cuenta con el 41,70% de sus acciones. Es decir, que, salvo las televisiones públicas, el resto del poderosísimo imperio de la televisión en España está controlado por empresas italianas. No me digan que no es un peligro. 

La empresa italiana Enel controla el 70% de ENDESA y Abertis, la primera concesionaria de autopistas de España es propiedad de la italiana Mudys.

Aún hay más. Si hay un sector estratégico en la economía de un país, ese es sin duda el energético. Pues bien, la principal compañía eléctrica de España, Endesa, es propiedad en un 70 %, de la eléctrica italiana Enel, cuyo principal accionista es directamente el Estado italiano. Es decir, que aquí ya no hablamos de la presencia de determinadas empresas vinculadas al gobierno, sino de una injerencia directa de un Estado sobre otro. De todo punto intolerable.

Tenemos otro sector estratégico, el de las infraestructuras, en el que también Italia tiene una presencia dominante. Una de las empresas líderes del sector, Abertis -primera concesionaria de autopistas en España y primer operador mundial por número de kilómetros gestionados- es propiedad de la italiana Mundys, que cuenta con el 50% + 1 de sus acciones. Hace 15 años era la española la que había lanzado una OPA por la italiana, pero ellos la bloquearon para proteger sus intereses.  

Y podríamos seguir. Unidad Editorial (El Mundo, Marca, Expansión…) está controlada en un 96 % por el grupo italiano RCS MediaGroup. El primer accionista de Stellantis, que controla factorías como la de Citröen en Vigo y la de Opel en Zaragoza, es la familia Agnelli. Una de las compañías de seguros líderes en España, Generali, es también de capital italiano… Y así, suma y sigue. Ellos nos han bloqueado la entrada en todo (BBVA al Banco del Lavoro – Telefonica a Telecom Italia – Abertis a Atlantis hoy Mundys).

Frase de moda “jugar todos con las mismas cartas” 

Evidentemente, todo esto me preocupa bastante más que la supuesta injerencia de Rusia, a la que pocos intereses puedo adivinar en nuestro país. Sin embargo, no escucho hablar a nadie de este tema. ¿Será precisamente como consecuencia del control por parte de Italia de muchos de nuestros medios? Totum revolutum, desestabilizamos y trincamos. ¿Qué puede salir mal?