BNG, Bildu y ERC quieren separar sus territorios del resto de España, imponer sus idiomas y desarrollar una estrategia supremacista y xenófoba.
El domingo 18 de febrero se puede fraguar uno de los sueños húmedos del nacionalismo excluyente. Las encuestas vaticinan un batacazo del PSdeG y un ascenso del BNG. ¿Será suficiente para que puedan gobernar? Los sabremos el domingo, a eso de las 22 horas. A esa hora, las cartas estarán echadas y no será momento de echarse las manos a la cabeza. Sabremos si la hoja de ruta del triunvirato letal BNG-Bildu-ERC ha tenido éxito.
¿Y por qué encabezamos la noticia con estos tres personajes? Es sencillo, porque llevan mucho tiempo caminando juntos y con una estrategia común: independencia de Cataluña, País Vasco y Galicia del resto de España, imposición lingüistica de los idiomas “propios” y expulsión de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Tan alineados están entre sí que se presentan juntos, desde hace tiempo y en una candidatura única, a las Elecciones al Parlamento Europeo.
Cada vez que un ciudadano vota al BNG se está alineando con los filoetarras de Bildu y con los golpistas de ERC. Les guste o no les guste, esa es la realidad.
Ya hemos desvelado en anteriores artículos quién maneja los hilos del BNG detrás de la “cándida” Ana Pontón, la famosa “Junta de Coroneles” de la UPG y de la CIG y también hemos descrito las verdaderas propuestas que contiene el programa del BNG, por si todavía hay algún gallego que no se entera de lo que, en realidad, pretende el nacionalismo excluyente: independencia de Galicia, eliminación de las provincias, incremento de los impuestos, expulsión de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, economía intervenida,…
La alianza del BNG con sus socios de Bildu viene de hace mucho tiempo y el último capítulo se ha escrito en Bruselas. Bildu colocará a Pernando Barrena en la coalición electoral con ERC y BNG que, al igual que sucedió en 2019, tratará de obtener representación en el Parlamento Europeo. Barrena ha sido un terrorista condenado por pertenencia a ETA y de ex dirigente de Herri Batasuna, partido que fue ilegalizado en 2003 por ser un apéndice de la organización terrorista.

Foto. Pernando Barrena (Bildu), condenado por terrorismo y Ana Miranda (BNG), “medioparlamentarios” europeos
¿Y qué tiene que ver el tal Pernando Barrena con el BNG? Pues muy fácil. Arnaldo Otegui y Ana Pontón han hecho un intercambio de cromos. Barrena agota la legislatura europea como asesor de la eurodiputada del BNG, Ana Miranda. Ambos formaron parte de la alianza electoral Ahora Repúblicas, que encabezó Oriol Junqueras en 2019, y se repartieron el tercer escaño del Parlamento Europeo logrado por la coalición. El abertzale Pernando Barrena (Bildu) dimitió en septiembre de 2022 para que Ana Miranda (BNG) pudiese ocupar su lugar y continuó como asesor de la gallega en Bruselas, con un sueldo ajustado a sus “méritos”.
Ana Miranda, eurodiputada del BNG que cuenta con un asesor de Bildu condenado por terrorismo, ha hecho una defensa a ultranza de la dictadura de Chávez y Maduro, a pesar de los 5 millones de venezolanos que han tenido que huir de su país.
Como estaba previsto, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) puso el grito en el cielo con unas duras declaraciones, “Víctimas humilladas y terroristas en escaños“, y exigió al BNG que prescindiese de Pernando Barrena como asesor, pero Ana Pontón hizo oídos sordos a la razonable petición de los familiares de las víctimas de casi 2.500 actos terroristas de ETA.
Hay que señalar que la eurodiputada del BNG, Ana Miranda, se hizo famosa en 2013 por su encendida defensa de la dictadura de Chávez, cuando se atrevió a afirmar que las elecciones en Venezuela fueron un proceso “perfecto como ninguno en el resto del mundo” y que Chávez “defendió el Estado del Bienestar inequívocamente“. Hoy, Venezuela es un Estado fallido, sin derechos ni libertades, con la oposición perseguida, con comisarios políticos y con más de 5 millones de venezolanos que han tenido que huir de su país por la miseria y las persecuciones de la dictadura chavista de Nicolás Maduro. Ese es el modelo que idolatra el nacionalismo del BNG.
El BNG quiere copiar el modelo lingüístico excluyente de Cataluña, y una comisión de europarlamentarios independientes ha recordado que “toda discriminación basada en la lengua está explícitamente prohibida en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea”.
Terminamos este artículo, advirtiendo de a dónde nos lleva la imposición lingüística que quiere aplicar el BNG, en el hipotético caso de que llegue a gobernar en la Xunta de Galicia. Esta misma semana, una comisión de investigación de seis eurodiputados independientes trasladó un espeluznante informe sobre la imposición del catalán en el sistema educativo. Han concluido que las familias que exigen que sus hijos reciban clases de español sufren “acoso y ataques xenófobos”, debido a que la Generalitat de Cataluña incumplen las leyes y sentencias que obligan a que los alumnos reciban al menos un 25% de las clases en español y se jactan de mantener esta discriminación. “Toda discriminación basada en la lengua está explícitamente prohibida en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea” señalaron los europarlamentarios. La respuesta de la consejera de Educación de la Generalitat, Anna Simó, no se hizo esperar: “el español se aprende en la tele”. Desprecio y chulería a raudales.

Foto. La comisión de europarlamentarios constató los terribles efectos de la
imposición lingüística en Cataluña
Es obvio que lo mismo sucederá en Galicia, más temprano que tarde, si el BNG llega a gobernar en la Xunta de Galicia y copia el modelo de imposición de Cataluña o del País Vasco. Y es evidente que en Galicia nunca hubo ningún problema de convivencia de los dos idiomas oficiales. Es más, somos un ámbito geográfico donde una persona puede hablar en un idioma (gallego) y otro en un idioma distinto (español) y ambas se entienden perfectamente sin tener que traducir ni cambiar de idioma. Lo demás es tocar las narices e imponer la sinrazón, muy propio del nacionalismo cerril.
Ya saben, sentidiño el domingo 18 de febrero, que después vienen las lamentaciones.