Una petición razonada del retorno para la provincia de Pontevedra que se tendría que generar con la potencia exportadora.

La distribución del territorio español en provincias data de 1883 y, desde entonces, apenas ha sufrido modificaciones. Una distribución que figura consagrada en el artículo 137 de nuestra Constitución. Pero quizá la clave, y lo más importante, es el fundamento que figura en el artículo siguiente, en el 138. En ese punto, la Constitución Española recoge que “el Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo, entre las diversas partes del territorio español”. Ese es, para mí, el quid de la cuestión.

El artículo 138 de la Constitución española recoge el principio de solidaridad que vela por el equilibrio económico entre las diversas partes del territorio español.

Viene esta contextualización al hilo de algunos de los comentarios que escuché hace una semana durante la celebración de la Asamblea General de la Confederación Empresarial de Pontevedra (CEP). A la clausura de la asamblea acudió el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, quien ensalzó la valentía de los empresarios pontevedreses, quienes, según literalmente dijo, mantenemos un espíritu crítico y llamamos a las cosas por su nombre.

Me agrada sobremanera que nuestro presidente autonómico alabe esas cualidades. Personalmente, lo de llamar a las cosas por su nombre, mantener un espíritu crítico y no ser complaciente, es algo que llevo haciendo desde hace muchos años. Y tenía la sensación de que no era una actitud del todo bien recibida. De ahí, mi agradable sorpresa al saber que Alfonso Rueda valora positivamente esas cuestiones, que, a mí, siempre me han parecido fundamentales para el progreso social y económico de cualquier territorio.

Reclamo que la potencia exportadora de la provincia de Pontevedra revierta en mayores inversiones en infraestructuras, mejores ratios en sanidad y educación y mejoras estructurales para ser más competitivos.

En ese mismo acto, el presidente de la CEP, Jorge Cebreiros, subrayó la fortaleza del comercio exterior de la provincia, que en el año 2023 se incrementó en un 12,3%, y que sitúa a Pontevedra como la cuarta provincia a nivel nacional en el valor de las exportaciones. Un dato que pone en evidencia lo mucho que aportamos los pontevedreses para el conjunto del Estado, en cuanto a divisas.

Pues bien, siguiendo el consejo del presidente Rueda y manteniendo ese espíritu crítico y nada complaciente, como empresario de Pontevedra lo que reclamo es que toda esa potencia exportadora de nuestra provincia revierta y sea recompensada con mayores inversiones en infraestructuras, con mejores ratios en sanidad y educación y con mejoras estructurales que nos permitan ser más competitivos.

La provincia de Pontevedra recibe mucho menos de lo que le corresponde, a pesar de ser la cuarta provincia más exportadora de España.

Desde hace mucho tiempo vengo sosteniendo – y lo he avalado con datos en infinidad de ocasiones en esta misma sección – que la provincia de Pontevedra recibe, comparativamente, mucho menos de lo que aporta. Si somos la cuarta provincia exportadora de España, lo lógico es que recibamos equitativamente lo que nos corresponde en base a nuestro número de habitantes. Y no es que lo diga yo, es que quedó establecido de forma bien clara e irrefutable en ese artículo 138 de la Constitución.

La voluntad emprendedora y el empuje de los empresarios pontevedreses está fuera de toda duda. Incluso, en los peores momentos y con las peores condiciones, hemos salido adelante. Y nuestra voluntad es la de seguir apostando por el desarrollo empresarial de la provincia. De ahí que reclamemos lo que nos corresponde. Porque en la medida que sigamos creciendo, seguiremos también ayudando al conjunto general del Estado.