Nadie como los antiguos emperadores romanos sabía de la importancia que sobre sus ciudadanos ejercían los festejos y sus pomposas puestas en escena para acallar cualquier intento de rebelión o de desafección de su pueblo. Y ahora varios siglos después, la regente de nuestra ciudad pretende emular a César, Octavio o quizás más acertadamente a Nerón, anestesiando a los coruñeses a base de inauditos festejos para evitar así cualquier tipo de crítica a su paupérrima gestión, y todo ello con la torpe y maliciosa creencia de que van a dar por bueno lo que no lo es.
Estupefactos hemos asistido a la organización de la Fiesta de la Primavera, sin precedentes en nuestra ciudad, en la que al grito más propio de mercadillo semanal que de representante institucional de “no se preocupe señora que hay filloas para todos “ la regidora repartía viandas como si fueran propaganda electoral. Llamativo es el hecho de que tal festejo viniera firmado por el área de Participación que con tanta “entrega” dirige la inefable Eudoxia Neira…¿Y el IMCE? No figuraba.
Y si de festejar con viandas se trata, nada ahí está el adelanto de la tradicional Cena del Deporte, nada más ni nada menos que en más de un mes, eso sí muy oportunamente agendada a una semana del inicio de la campaña electoral.
Pero los desmanes del área que gestiona directamente la regente no terminan ahí, y en el summum de la creatividad nos obsequia con el festival muralista “Istmo”, muy cuestionado en redes por los artistas urbanos locales, y dirigido por un pintor del entorno del valido de la regente y aspirante a concejal, Gonzalo Castro. ¿Y el IMCE? Desaparecido.
Y si de entornos toca hablar el particular “cenáculo socialista” se completa con el Corufest y el Cinema Diverso en cuya organización están vinculados sendos miembros de la directiva coruñesa de Inés Rey. ¿Y el IMCE? Sin noticias.
En tan variopinto listado no podía faltar la entrega por fascículos del Morriña Fest, no vaya a ser que la rapazada se olvide que si bien la regente les privó del botellón en los Jardines, nadie como ella para organizar saraos (festivos y políticos). ¿Y el IMCE? Habrá que esperar a ver si aparece.
Y cómo resistirse a la “Noite nos Crutos” que, con la absurda pretensión de poner en valor nuestra preciada joya castrexa de Elviña se va a ver asaltado con un festival cuya autoría parece pertenecer al área de Museos y nuevamente de Participación. Y ya saben : ¿Y el IMCE?
Podríamos seguir pero para qué cansar al lector que seguramente a estas alturas del artículo comprenderá a la perfección la torticera intencionalidad de tanto festejo; lástima que no se ponga el mismo énfasis organizativo en reparar aceras y viales, en hacer una ciudad más segura, en ordenar el tráfico, en mejorar la limpieza o sobre todo en tener un proyecto de ciudad con todos y para todos.
Ahora sólo queda esperar que nuestra ciudad, al igual que en su día Roma, no perezca entre las llamas del delirio de nuestra regente sentando a la mesa de Gobierno a socios llegados de otros espectros más populistas, o que ella misma fenezca a manos de su barbanzano Brutus en los idus de maius al no alcanzar las conquistas electorales que de ella se esperan.
¿Alea jacta est?