Nos lo decía Loquillo allá por el año 1983 como un extravagante deseo personal, pero no cabe duda de que las cosas han cambiado sustancialmente desde entonces. Quizás ahora, un camión sí sea la llave de la felicidad o, por lo menos, de la sustentación.

Sin embargo, últimamente nos estamos acostumbrando a oír que falta mano de obra y hay muchos puestos de trabajo sin cubrir. Y lo escuchamos en boca de muchos empresarios y autónomos dueños de pequeños negocios, no sólo de grandes empresas; en todo tipo de sectores: construcción, hostelería, talleres mecánicos, etc. Y, por supuesto, en el mundo del transporte.

Esta afirmación puede resultar incomprensible, ya que la tasa de paro se situó en el 12,9% en el año 2022, según el Instituto Nacional de Estadística.

Entonces, ¿qué es lo que ocurre? ¿por qué no hay personal disponible para esos puestos de trabajo? Dado que nuestra sección trata del mundo de la automoción, intentaremos descubrir algunas respuestas para estas preguntas en lo que respecta al trabajo de camionero.

Autoescuela San Martín lleva desde 1991 ofreciendo sus servicios y nos hemos entrevistado con su gerente, José Ramón García Iglesias, para que nos ayude a descubrir cómo es posible que se dé esta situación.

Hay trabajo como conductor de camiones, eso nos lo confirma José Ramón sin ninguna duda. Es decir, la oferta supera con creces la demanda.

No es la única autoescuela con la que hemos hablado y todas nos confirman que, pese a la salida laboral y el número de desempleados, no se ha producido, ni mucho menos, un incremento general en el número de alumnos que pretenden sacarse el carnet C y/o el C+E. Desde luego, no en una parte de la población que disfruta de tener unas edades envidiablemente cortas, entre los 25 y los 35 años. Pero curiosamente, tampoco entre personas que con una edad más avanzada se hayan visto en una situación laboralmente complicada. Con lo que respecta a las mujeres, nos cuenta José Ramón que ya desde hace, por lo menos 15 años, se han ido incorporando al mundo de la conducción profesional de vehículos pesados, pero que sí se podría decir que hay un pequeño incremento en los últimos tiempos, aunque más que de camión, en lo que respecta a conductoras de autobuses.

Una de las razones que explicarían esta situación es que se trata de un trabajo duro y sacrificado, pese a que los sueldos no están del todo mal. Aunque este dato es muy variable, un conductor de camión, según nos cuenta José Ramón, puede ganar de media entre 1.500 y 2.500 € mensuales, dependiendo del tipo de ruta que lleve a cabo, aunque esta cifra podría llegar a ser mayor. Por tanto, no sería la cuestión salarial el problema, ya que, a nuestro entender, estamos hablando de una retribución adecuada. Es verdad, asegura José Ramón, que dado el sacrificio que supone, quizás los sueldos deberían ser algo más altos.

Tampoco la dificultad en la formación nos arroja ninguna respuesta clarificadora, ya que según nos cuentan en Sanmartín, el tiempo medio para sacarse el carné de camión ronda los 30 días aproximadamente.

Uno de los grupos de los que todavía no hemos hablado son los inmigrantes, entre los que sí se aprecia un mayor número de aspirantes. En este caso, su problema suele ser la falta de recursos ya que el coste medio de sacarse el carné de camión ronda los 900 euros, aunque esta cifra puede verse incrementada si es necesario realizar más prácticas.

A esta inversión, habría que sumarle el coste de la licencia CAP, imprescindible para el transporte de mercancías, la cual se nos podría poner perfectamente en otros 1.000 €.

Y esta sí podría ser una de las razones que haya paralizado la cantidad de aspirantes a ganarse la vida como conductores o conductoras de camión. Estar obligados a sacarse el CAP es otro escollo más para ser poseedor de las condiciones legales que permitirían llevar a cabo esta profesión. Un examen más y un gasto más.

Resumiendo. No sería una única razón la que explicaría la falta de interés en dedicarse a una profesión con poco paro y más o menos bien remunerada, La cuestión es si esas razones son de suficiente peso.

Eso, o que la gente no quiere trabajar.