Junts exige que Cataluña no acoja más menores extranjeros no acompañados y amenaza con dinamitar el Gobierno de Pedro Sánchez.
La migración, una parte intrínseca de la historia humana, a menudo, es ocupada por narrativas sensacionalistas. Sin embargo, la realidad presenta diversos matices que los titulares a veces no pueden capturar.
Casi la mitad de la población de Barcelona considera necesario limitar la llegada de inmigrantes, ante el aumento de la inseguridad ciudadana, la ocupación de viviendas y la tasa de criminalidad, y Junts quiere hacerse con las cuotas de reparto e implantar nuevas políticas. El racismo de este partido acorrala a Sánchez y tumbará al Gobierno si no exime a Cataluña de acoger menores inmigrantes no acompañados (menas). Por si fuese poco, Puigdemont anuncia su NO a la Ley de Extranjería si el Ejecutivo no saca a Cataluña del reparto de menas.
Junts quiere construir su propio “muro” negando a llegada de menas a Cataluña
Bien es cierto, que con una inmigración masiva no es posible mantener el estado de bienestar. Los Estados deben de controlar el número de inmigrantes que entra y, por lo tanto, que consumirán más recursos públicos. Y como resulta que los recursos son limitados, hay que tomarse en serio este tema, ya que nos va la arquitectura del Estado en ello. Pero como siempre, los “progres” catalanes de Junts, los de los siete votos, ponen al gobierno contra la pared al tratar de poner barreras en su territorio, cargando a las demás autonomías el coste de dicha inmigración.
España necesita mano de obra, necesita rejuvenecerse, toda vez que la tasa de natalidad es cada año menor. Los puestos de trabajo no se cubren y las ayudas públicas aumentan sin que nadie sea capaz de desarrollar esa inexplicable ecuación: más paro, más pobreza y, a la vez, más ayudas para sobrevivir, mientras que la jornada laboral se reduce y la productividad no aumenta. Los autónomos se ven obligados a cerrar sus empresas por no poder asumir la competencia de los grandes centros comerciales. Los bancos y las eléctricas aumentan sus beneficios, a costa de fusiones y despidos de personal a través de ERES, que al final son parecidos a aquellos de Andalucía que ahora se amnistiarán. Con la diferencia de que no aparecerán burdeles ni cocaína, solo beneficios.
Bangladés es un país que aboga por el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular
Los inmigrantes son absolutamente necesarios para el desarrollo del país y los ciudadanos tenemos que ser conscientes de que los puestos de trabajo tienen que ser ocupados, eso sí, con salarios dignos y con horarios estipulados y nosotros, los españoles de bien, no podemos tolerar que una Autonomía se niegue a acogerlos. De hacerlo, eso no haría más que agrandar y hacer más alto el famoso “muro” del que presumía Sánchez.
Un ejemplo: Bangladés es un país que aboga por el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, y, como tal, ha demostrado un fuerte compromiso con el abordaje de las problemáticas migratorias y con la implementación de políticas que protejan los derechos de las personas migrantes. Esta participación proactiva viene a alinearse con los objetivos estratégicos de la OIM y, por estas razones, Bangladés ha sido considerado el lugar ideal para el lanzamiento del Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2024.
Y esos que tienen en su poder la gobernabilidad de España, los de los siete votos, se llaman progresistas. Sois vosotros los que yo denomino fachas.