Cada mes se pierden más de 130 millones de horas de trabajo en España, un 155% más que hace 10 años.

A inicios del mes de enero, en voz de la ministra Mónica García, el ministerio de Sanidad valoraba permitir una “autojustificación” de las bajas de tres días para quienes padezcan una “enfermedad leve”. Este anuncio se producía ante la expectativa de un posible colapso de la sanidad por los cuadros de gripe que se están dando este invierno. 

Ante los casos menos graves, en los que no sería necesario acudir a un centro hospitalario, bastaría una declaración responsable del propio paciente. No se especifican sanciones ante la incorrecta lectura de los síntomas por parte del paciente, para tomarse tres días sabáticos. No vamos a entrar a analizar porqué la Sanidad puede colapsar, de nuevo, tres años después de que colapsara por la pandemia y no se haya hecho nada al respecto.

La ministra de Sanidad prefiere dejar en manos de los ciudadanos importantes decisiones sobre su salud, en lugar de organizar la sanidad para que sea más eficiente.

Hay que tener en cuenta que esta noticia fue un globo sonda lanzado desde el ministerio de sanidad y que esta medida no ha entrado en vigor. Ninguno de los gestores sanitarios se ha dado cuenta que, en términos económicos, es más eficiente la instalación de hospitales de campaña o derivación de los pacientes a otras jurisdicciones sanitarias, antes que dejar al libre albedrío de los ciudadanos si van a trabajar o no. Una vez más, la solución fácil impera, en lugar de organizar logística y estructuralmente la sanidad para que esta sea más eficiente y evitar colapsos. 

Hay que tener mucha confianza en el “buen criterio de la gente“, como enuncia la ministra de Sanidad. Pues este “buen criterio” hay que contrastarlo con los datos del estudio de absentismo laboral de Randstad Research, del cual se extrae un aumento del absentismo laboral en cerca de un 43% con respecto al 2019. En el año 2019, unas 700.000 personas faltaban a su trabajo diariamente por razones médicas; esta cifra ha llegado al millón en 2023. Si comparamos estas cifras con las del año 2013, 400.000 personas no iban a trabajar a diario hace una década, lo que supone un 155% de incremento desde entonces. Con las cifras en la mano, si nos fiáramos del “buen criterio de la gente” para auto diagnosticarse bajas de 3 días, no sabemos hasta donde se dispararían las cifras de absentismo.

Desde Randstad Research afirman “el absentismo laboral se configura como un problema grave para las empresas españolas, con un impacto directo sobre la productividad y los costes empresariales, lastrando asimismo su competitividad“.

En términos de horas perdidas, se estima que en un mes como consecuencia de las bajas médicas entre los asalariados la cifra ascendería a 130,5 millones de horas de trabajo perdidas. En términos relativos, esto representa el 4,7% de todas las horas pactadas, una cifra que dobla de la 2013 (2,3%). Dicho de otra manera: un 5% de la jornada laboral contratada y pagada no se trabaja por razones médicas, el doble que hace una década.

Pero aquí alguien podría decir “pero es el Estado quien sufraga esas horas, no el empresario”. En primer lugar, el Estado somos todos, desde el empresario hasta quien enuncia esa frase, por lo que el absentismo laboral perjudica al erario. Y, en segundo lugar, el trabajador que causa baja tiene que ser sustituido, o por un compañero o por una nueva contratación, lo que aumenta los costes de formación y la burocracia. En consecuencia, una baja es un coste hundido. Desde Randstad Research afirman “el absentismo laboral se configura como un problema grave para las empresas españolas, con un impacto directo sobre la productividad y los costes empresariales, lastrando asimismo su competitividad”.

Ante este comportamiento que empieza a ser generalizado, desde organismos como el Banco de España y el Banco Central Europeo, se han lanzado advertencias sobre la escala que está tomando el absentismo laboral en España.

Con los datos del informe en la mano, su director Valentín Bote, ha comentado “el hecho de que las bajas se hayan duplicado, lo único que lleva a pensar es que hay cierto comportamiento espurio, que no es genuino, y esto es algo que podría explicar muchas cosas, pero con la inquietud de que hay un médico de por medio concediendo esas bajas”. Ante este comportamiento que empieza a ser generalizado, desde organismos como el Banco de España y el Banco Central Europeo, se han lanzado advertencias sobre la escala que está tomando el absentismo laboral en España.

El director general de Economía del Banco Central Europeo, Oscar Arce, advirtió que “se está produciendo un aumento muy significativo, todavía desde niveles bajos, en el número de horas perdidas por bajas laborales”. Desde la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), Esther Gordo, directora la división de Análisis Económico, también se refirió a este incremento de las ausencias por enfermedad: “Los economistas tenemos que ver ahora qué hay detrás con esa caída de las horas, porque todavía no tenemos un diagnóstico claro”.

El Banco de España alerta de que “en los últimos trimestres estamos viendo que las horas trabajadas efectivas son menores que las pactadas, por un incremento muy importante en las bajas laborales“.

Desde el Banco De España, Ángel Gavilán, director de general de Economía y Estadística, también abordó este tema en la presentación de las últimas proyecciones macroeconómicas: “En los últimos trimestres estamos viendo que las horas trabajadas efectivas son menores que las pactadas, por un incremento muy importante en las bajas laborales”. Desde el Gobierno, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró que “muchísimas de las bajas de incapacidad temporal en nuestro país tienen sus causas próximas en la salud mental”.

Lo que parece evidentes es que no se puede dejar al albedrío de la población si decide ir a trabajar o no, sin que haya una consecuencia. Pues al dejar de atender tu puesto de trabajo seguirás recibiendo una remuneración por parte del Estado o por parte del empresario, dependiendo del tiempo de la baja laboral y esto incentiva no acudir a trabajar, total, vas a cobrar igual. También el absentismo laboral explica que, aunque presuntamente, cada vez haya menos paro (sin contar fijos discontinuos) en España, los datos de horas trabajadas todavía no hayan recuperado los niveles de 2019.