Suscribo cada palabra del artículo publicado por Jorge Mariño ayer sobre la salvajada que se autorizó en el parque del Paseo de los Puentes. El evento se desarrolló entre el 8 y el 18 de agosto, pero con los días previos de montaje y de desmontaje estuvo el parque cerrado a los vecinos durante 18 días. Y eso que se trata de una zona pública.

Muchos vecinos mayores y con problemas de movilidad se quedaron sin poder dar sus paseos, disfrutar de las sombras y del fresco en pleno mes de agosto. Para muchos de estos vecinos, el Parque de Santa Margarita no es alternativa debido a que no pueden subir las cuestas para llegar hasta allí y la alcaldesa decidió que se quedasen sin la zona verde de su barrio para poder disfrutar de sus momentos de ocio.

Falta por saber cuántos días más vamos a estar sin poder disfrutar del parque del Paseo d ellos Puentes cuando se pongan a arreglar el césped arrasado, los parterres destrozados o las losetas y aceras rotas por el paso de trailers, las manchas de aceite en las aceras, etc.

Este era el tinglado que se veía desde las viviendas próximas y que seguro que si aquí viviese la alcaldesa no lo autorizaba:

Nadie vigiló el desarrollo de este evento y nadie le paró los pies a los organizadores para evitar que la avalancha de público originase todos los destrozos que se han producido: barandillas rotas, césped machacado, bancos rotos e incluso desperfectos en una fachada por un trailer cuando accedió a la zona para desmontar el evento.

Para entendernos, en pleno mes de agosto, los edificios de Paseo de Ronda y Paseo de los Puentes no podían abrir las ventanas por el pestazo de las furgonetas que no paraban de cocinar hamburguesas, aceras llenas de motos y multitud de personas que incluso impedían acceder a nuestros portales.

Ruido durante todo el día, malos olores, personas mayores sin poder disfrutar de su parque, colapso de tráfico, vecinos que no podían aparcar en su barrio y una zona verde que terminó con graves desperfectos

Por otro lado, también quiero señalar que esta es una zona donde viven muchos vecinos y, normalmente, ya hay un problema serio de aparcamiento. Durante los días de este evento, todo se agravó y hubo muchos días de tráfico colapsado que afectaba hasta el Palacio de la Opera y no se planificó un solo refuerzo de Policía Municipal para regular el tráfico.

En definitiva, un evento que no trae ningún beneficio al barrio y lo más sangrante es que en la publicidad de los organizadores se atreve a presumir de que es un “evento sostenible”. Por favor, que el año que viene se lo lleven al Parrote o al Puerto, porque los vecinos no vamos a permitir que nos vuelvan a secuestrar en nuestras viviendas.

JBN (A Coruña)