En octubre se celebra el Día de la Hispanidad, la Virgen del Pilar y el aniversario del Congreso de Suresnes.
El doce de octubre es un día muy señalado que merece la pena recordar, ya que marca profundamente la historia que algunos pretenden olvidar e incluso cambiar.
El Día de la Hispanidad, celebrado ese reciente día, es uno de los festivos nacionales en todas las comunidades autónomas y que también se celebra en Latinoamérica. Durante esta jornada, Madrid se convierte en el epicentro de la celebración con varios actos, como el tradicional desfile militar que preside la familia real. Zaragoza, en medio de las Fiestas del Pilar, también vive su día grande. El origen de la festividad se remonta a finales del siglo XIX, cuando en 1892 el Gobierno español decidió conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América. Esta celebración fue vista como una oportunidad para reforzar los vínculos históricos entre España y las naciones de América Latina, destacando la importancia del legado cultural común. Algo que, algún dictador del otro lado del océano pretende convertir en genocidio y apoyado por el silencio cobarde de Rodríguez Zapatero.
El Día de la Hispanidad nación como una oportunidad para reforzar los vínculos históricos entre España y las naciones de América Latina, destacando la importancia del legado cultural común
Pero hay otros hechos que los medios de comunicación silencian, no vaya a suceder que les quiten las subvenciones. Se trata de un golpe de Estado contra el Gobierno de la República. Este movimiento estuvo organizado por el PSOE y la UGT, con Largo Caballero e Indalecio Prieto como principales responsables. La Revolución de 1934 o huelga general revolucionaria, también conocida como Revolución de octubre de 1934, que se produjo entre los días 5 y 19 de octubre de 1934, en el segundo bienio de la República española. La insurrección anarquista y socialista, que en Asturias se convirtió en una auténtica revolución social y que finalmente fue sofocada por el Gobierno con la intervención del ejército.
La tercera etapa viene marcada por el triunfo de la coalición de izquierdas, conocida con el nombre de Frente Popular, en las elecciones generales de 1936 y que solo pudo gobernar en paz durante cinco meses a causa del golpe de estado del 18 de julio promovido por una parte del Ejército, que desembocó en la guerra civil española. Otro acto contra un gobierno legítimo salido de las urnas.
Hace 50 años, los socialistas celebraron su Congreso de Suresnes, que cambió la orientación política e ideológica del partido poco antes de la transición democrática en España
He repasado los periódicos y para nada aparece una mención a aquellos sucesos que tuvieron como origen el que el Gobierno Republicano había incluido a tres ministros de la CEDA. Ahora el PSOE ha incorporado hasta tres partidos radicales y más que pondrá en las instituciones con el único objetivo de destruir los valores democráticos y libertades conseguidos entre todos. Pero todo vale si así lo ordena Pedro Sánchez.
Ese 12 de octubre, también hace 50 años que los socialistas, los de verdad, celebraron su Congreso de Suresnes entre los días 11 y 13 de octubre de 1974. Esta reunión, la decimotercera que tenía lugar en el exilio, es reconocida por ser la que cambió la orientación política e ideológica del partido poco antes de la transición democrática en España. En aquellos momentos, solo había algunos núcleos socialistas aislados: el más importante, el del País Vasco, liderado por Nicolás Redondo; pero también otros en Asturias, Madrid y un pequeño grupo en Sevilla que, a la postre, resultaría decisivo. Era un grupo de diez o doce personas, pero eran los que tenían las ideas más claras.
Nicolás Redondo renunció a ser secretario general del PSOE en favor de Felipe González, demostrando una altura de miras antagónica a la actual obediencia ciega al amado líder
Eran rojos, rojísimos, muy radicales, pero no eran comunistas. Entre ese grupo de “sevillanos” figuraban, entre otros, Alfonso Guerra, Manuel Chaves, Guillermo Galeote, Rafael Escuredo, Ana María Ruiz-Tagleo, Luis Yáñez. Pronto comenzó a destacar un abogado laboralista, llamado Felipe González, sobre todo tras su intervención en el Comité Nacional de Bayona de 1969. “No le conocía nadie, empezó a hablar y se quedaron todos alucinados”. Se cuenta que Nicolás Redondo le dijo a Enrique Múgica: “Oye, vete detrás de él, que a este no lo podemos perder’. “Y ahí se estableció la conexión entre los vascos y los sevillanos”, afirma Ignacio Varela, quien durante 35 años participó en el diseño de estrategias políticas y campañas electorales del PSOE.
En principio, el designado como secretario general fue Nicolás Redondo, quien renunció en favor de Isidoro (Felipe González). ”Yo me di cuenta de mis propias limitaciones como posible secretario general del PSOE y dije: no soy la persona más indicada para ejercer este cargo”, en una decisión que ponía de manifiesto la altura de miras de aquella clase política. Después de ese congreso también existió debate interno, cosa que ahora se cambió por la “obediencia debida o el apego al sillón”
Repasemos la Historia de vez en cuando y comparemos. Es necesario para algunos que no entienden que el mentir reiteradamente en política conlleva conjugar un verbo: dimitir. Pero no, el sillón y la moqueta te hacen olvidar las promesas.