Lage Tuñas e Inés Rey realizan un uso opaco de los fondos públicos municipales, con más de 131 millones en facturas irregulares en los últimos cuatro años.
Dicen que resulta poco elegante hablar de dinero -imagino que eso lo dirán los que no tienen problemas de recursos económicos- pero también dicen que el dinero todo lo mueve y todo lo puede, y si ya estamos hablando del dinero de todos, o sea del dinero público, permítanme que obvie la elegancia en favor de la transparencia y la buena gestión de aquello que a todos tanto esfuerzo nos cuenta ganar y, más aún, aportar a través de nuestros impuestos, si sobre todo vemos que se hace un inadecuado y hasta opaco uso de los mismos.
Les voy a ser muy claro, estoy seria y profundamente preocupado por el uso que de los recursos públicos se hace desde el Gobierno Municipal de Lage-Rey.
PSOE y BNG aprobaron el “presupuesto municipal más alto de la historia”; sin embargo, no hay dinero para mejorar las bibliotecas municipales, ni para renovar los espacios públicos, aceras y calles, ni para la recogida de basura eficiente, ni para nuevas instalaciones deportivas, ni para potenciar los servicios sociales, ni para rescatar a los museos de su deterioro, …
No hace tanto socialistas y nacionalistas aprobaron unos Presupuestos para este año, y sin embargo la frase más repetida de los concejales es no hay dinero; si a ello le unen espectáculos como el del pasado Pleno del día 7 de marzo, entonces sí que uno no entiende qué pasa con el dinero en María Pita. Veamos algunos ejemplos.
- El servicio de Bibliotecas está prestándose en condiciones pésimas, a pesar de la profesionalidad de los trabajadores que logran paliar con su compromiso y dedicación las deficiencias en su situación laboral, la de fondos literarios y hasta la de los propios edificios: no hay dinero.
- ¿Ven ustedes alguna actuación de entidad a nivel de urbanización, ajardinamiento, edificios y servicios públicos? ¿a qué no? -y para una que quieren hacer, de poca cuantía, la de Casas de Franco, es contra la voluntad de los residentes- ¿algún ambicioso proyecto en marcha?: no hay dinero.
- ¿Mejoras en la prestación de servicios sociales? ¿en cursos de empleo o centros escolares? ¿progreso respecto al Puerto? ¿más vuelos desde Alvedro? ¿nuevas zonas deportivas? …: no hay dinero.
- Nuestros museos, en otro tiempo emblema de ciudad cultural de primer nivel, se encuentran hoy con la fachada carente de elementos o con las galerías agrietadas y sin pintura por la corrosión marina -Domus-, con muchos de sus elementos sin funcionar -Casa de los Peces-, sin comenzar con las obras de recuperación -Cúpula de San Pedro y ascensor panorámico-, con las obras a buen resguardo por las humedades -Museo Luis Seoane-, por no hablar de las deficiencias de nuestro magnífico Palacio de la Ópera: no hay dinero.
- ¿Y qué decir del mínimo mantenimiento exigible de nuestras aceras y viales, repletos de baches y losetas levantadas?: no hay dinero.
No quiero cansarles, pero la lista podría ocupar, por desgracia para esta ciudad, horas de lectura y sino pregunten a los presidentes vecinales, o sencillamente paseen por A Coruña. Decepcionante y vergonzoso ¿verdad?
Los recursos del presupuesto municipal se están utilizando para engordar la corte de asesores y personas de confianza de Lage Tuñás e Inés Rey, y no para resolver las necesidades de los vecinos y vecinas de la ciudad.
Mi perplejidad va en aumento cuando reparo en la cantidad de “fichajes” del que se ha rodeado el co-alcalde Lage para gestionar el Ayuntamiento; tiene más asesores y personas de confianza a su alrededor -aunque sean colocados en otras concejalías- que el propio presidente de la Xunta y seguramente que el presidente del Gobierno y, aun así, gestiona pésimamente.
Por todo ello, resultó rocambolesco ver como en dicho Pleno, el BNG, creemos que sumido en una auténtica contradicción, se permitió criticar abiertamente la gestión del Gobierno Municipal una vez que, nada menos y nada más, les hubiesen aprobado el reconocimiento extrajudicial de créditos por una cantidad de dinero con tantos ceros que resulta escandalosa hasta transcribirla, algo que como supondrán es fruto de la nefasta gestión del co-alcalde Lage Tuñas.
El BNG decidió, una vez más, soplar y sorber a la vez. Votó a favor de pagar las facturas irregulares de Lage Tuñas e Inés Rey, que no contaban con crédito o no estaban presupuestadas, para, posteriormente, criticar la existencia de esas facturas.
Sin ánimo de ser pretencioso, sino de simplemente acercar al lector a lo que significa el término de reconocimiento extrajudicial y su alcance, paso a explicarles brevemente en qué consiste: es un procedimiento que permite reconocer obligaciones que no fueron tramitadas por falta de consignación presupuestaria o por negligencias varias, derivadas de actuaciones irregulares diversas realizadas, bien por funcionario público o bien por autoridad pública.
La Intervención del Ayuntamiento, ante la presentación de facturas que adolecen de los requisitos legales correspondientes, emitirá un informe de la necesidad de abonar el servicio prestado evitando el enriquecimiento injusto de la Administración y el consiguiente empobrecimiento del contratista, y dejará de manifiesto la responsabilidad de quien ha consentido la prestación y generación de la obligación de pago al margen de los procedimientos legales y la eventual responsabilidad de las autoridades y funcionarios que contratasen de forma ilegal. Para los interesados en el tema, recomiendo el documento de Laura Atanes, auditora del Tribunal de Cuentas, sobre los “Usos y abusos de los reconocimientos extrajudiciales de crédito en el ámbito local”.
En el pleno de marzo, la alcaldesa Inés Rey, con el apoyo del BNG, validó facturas irregulares por valor de 1,7 millones, que habían sido calificadas como de doble nulidad por el Interventor municipal por falta de crédito presupuestario y por no haber sido tramitadas a través del procedimiento legalmente establecido.
Cuando el Interventor, máxima autoridad fiscalizadora de las cuentas del Ayuntamiento, considera que un gasto o factura se basa en insuficiencia de crédito -no hay dinero-, el propuesto no es adecuado o que el gasto lo propone un órgano sin competencia para ello, emite un reparo suspensivo sobre tal factura. Ahora bien, ¿por qué llegan al Pleno del Ayuntamiento tales facturas si el órgano fiscalizador informa en contra? Pues porque el único órgano que puede levantar ese reparo con competencia y responsabilidad es Alcaldía.
En resumen, se realiza una contratación de forma irregular, se genera una deuda con un particular (individuo o empresa), el interventor emite informe en contra, la alcaldesa lo obvia y firma el pago, y éste va a Pleno para aprobarlo. Si esto ocurriera de cuando en vez, podría tomarse como una anécdota o el fruto aislado de un error o de una urgencia, pero cuando ya esto se convierte en un continuum, con más de 1.800 facturas irregulares y con más de 131 millones de euros en cuatro años, pues qué quiere que les diga: lo extraordinario se ha convertido en ordinario.
En los últimos cuatro años, Inés Rey y Lage Tuñas, han aprobado en el ayuntamiento 1.800 facturas irregulares por valor de más de 131 millones, a pesar de los informes en contra del Interventor municipal.
Y el BNG critica, pero luego les vota a favor aduciendo que no quieren con su negativa ocasionar perjuicio a terceros que contratan de buena fe y que, por ello, su patrimonio se vea seriamente mermado. Señor Jorquera, los que contratan tienen la facultad de reclamarlo vía judicial; sí, el trámite es más largo, pero cobrarían finalmente y con intereses, por ello ¿no cree usted que está el BNG siendo cómplice de una perversa e irregular práctica financiera del tándem Lage-Rey? ¿dónde quedan sus declaraciones de campaña sobre la transparencia, legalidad y fiscalización de cuentas…. ¡¡ah, ya, se le ha pegado a usted lo de la facilidad de cambio de opinión que predican los socialistas!!. Pues no olvide que los coruñeses también pueden cambiar de opinión cuando introduzcan el voto en la urna, y eso sí que constituirá un acto ordinario, legal y lógico. Como señaló el portavoz popular: “Usted, señor Jorquera, no hace oposición. Usted mantiene al Gobierno municipal, no venga luego a pedirles cuentas”.