Resumen de las razones por las que A Coruña es una ciudad invadida por la suciedad y la inacción de Inés Rey y Lage Tuñas para poner solución al caos de la recogida y tratamiento de la basura.
Hace ya bastantes años que, como si de una letanía se tratase, los coruñeses venimos repitiendo quejumbrosamente que la ciudad está sucia, que La Coruña está abandonada y no parece la de hace tiempo, demasiado tiempo; hasta podríamos concluir que existe una clara cronificación de ausencia de higiene y pulcritud en nuestras calles, plazas, parques, playas y paseos.
Cuando la señora Rey-ná accedió a la alcaldía por vez primera, tras una beligerante campaña donde se empeñó seriamente en afear a la Marea de Xulio Ferreiro la suciedad en que estaba sumida nuestra ciudad, todos creímos que se instalaba en el Palacio de María Pita la versión femenina de Don Limpio, y que la ciudad no tardaría en recuperar su esplendor y brillo en poco tiempo. Quizás alguien debería haberle dicho a la co-alcaldesa que para ello debería contar antes con el beneplácito de la STL (Sindicato de los Trabajadores de la Limpieza) que son, como a estas alturas ya nos imaginamos todos, a tenor de lo sucedido hace ya casi un año, quienes de la mano de su máximo dirigente M. A. Sánchez deciden cuándo y cuánto se limpia la ciudad, pero sobre todo a cambio de qué.
Y ustedes se preguntarán, no sin razón, ¿cómo que a cambio de qué?, a cambio de un sueldo y estabilidad laboral para ellos, los trabajadores, y de un beneficio económico para la empresa de limpieza como es lo natural.
Pues no, al parecer no es así, y esto de “te ganarás el pan con el sudor de tu frente” recogido en el Libro del Génesis o lo que es lo mismo “Todos los españoles tienen derecho al trabajo,,, y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia…” que reza nuestra Constitución, no va con la plana mayor del Sindicato STL, que prefirió vivir con algo más que una remuneración suficiente y elevar el listón de las necesidades “básicas”.
Los dirigentes del sindicato STL, mayoritario en el servicio de limpieza de A Coruña, están siendo juzgados por contratar, presuntamente, a trabajadores y cobrarles una comisión mensual para dejarles trabajar.
¿Y cómo se consigue esto? Pues por lo que se desprende de la información de otros medios de comunicación, de las presuntas artimañas cometidas por ese sindicato que le dejaban estratosféricos beneficios a través, nada más ni nada menos, de decidir él, y no la empresa, a quienes se contrataba, en qué puestos y por cuánto tiempo, algo de lo cual el máximo responsable sindical y su staf se llevaban un “peaje”. Y como soy consciente de que ustedes son muy despiertos se estarán preguntando cómo la empresa permitía esto, pues muy sencillo: para evitar conflictos con los trabajadores, sobre todo huelgas, que pusieran en peligro la credibilidad y beneficios de la empresa concesionaria, llámese esta CESPA o FCC, permitían tal situación haciendo una absoluta dejación de competencias.
Las prácticas presuntamente fraudulentas y las reiteradas huelgas del sindicato de limpieza se remontan a todos los gobiernos municipales desde la época del exalcalde Javier Losada.
Siguiente pregunta de los avispados lectores ¿y desde cuándo lleva pasando esto? Si echamos cuentas del número de huelgas sufridas, con o sin motivo alguno, por los diferentes Gobiernos municipales, podríamos datar los inicios en el final del mandato del exalcalde Losada, es decir las padecieron el propio señor Losada, el señor Negreira, el señor Ferreiro y la señora Rey-ná, unos con mayor intensidad que otros.
Comprendo que la siguiente pregunta será si esos Gobiernos no se enteraban de las andanzas de tan codicioso individuo; espero sabrán perdonarme si no puedo arrojar claridad sobre ello, más allá de señalar que, recabada información en los círculos de los diferentes Gobiernos, lo que sí he sacado en claro es que todos conocían el gran poder de convocatoria e “influencia” del líder sindical, y nada molesta más a un político que una huelga de basura, y más si ésta tiene lugar a las puertas de unas elecciones, sobre todo si son municipales, y esta es una circunstancia que el presunto padre de la trama conoce de primera mano.
Pero en estos últimos años la cosa empezó a coger un cariz que podríamos definir con la célebre frase de “algo huele a podrido en Dinamarca” -y no, no pretendo ofender a los daneses, nada más lejos, me refiero como ya sabrán muchos de los lectores, a la frase que Marcelo le dice a Horacio en el primer acto de Hamlet-, puesto que los conflictos se recrudecían a pesar de llegar a la ciudad una nueva empresa y nueva maquinaria, y un run run envuelto en cierto tufillo de mala praxís en la concesión de limpieza empezó a expandirse por los grupos políticos.
Finalmente, todo estallaría hace un año con la detención de cuatro dirigentes de la STL, y la intervención de diferente material que, presuntamente, evidenciaría un auténtico entramado mafioso alrededor de esta concesión.
Las prácticas fraudulentas del sindicato STL que están siendo juzgadas llevan perjudicando a la ciudad y a muchos trabajadores desde hace 15 años.
Pero en toda práctica mafiosa siempre existen unas víctimas; la primera, sin lugar a dudas, es la propia ciudad que padecía las consecuencias, en forma de suciedad, de los caprichos del líder del sindicato mientras pagábamos con nuestros impuestos para que hiciera su trabajo; y otra víctima, ciertamente importante, la constituían aquella minoría de trabajadores que osaban no entrar por el aro del sindicato “vertical” y permanecían en USO, tal como relató uno de sus lideres en varias entrevistas de prensa.
Este sindicato ha emprendido una lucha judicial en dos frentes: en la causa central contra la STL y en el plano laboral contra la empresa por permitir tratos vejatorios contra sus trabajadores; y a propósito de este último frente judicial de la USO, no puedo menos que manifestar mi sorpresa al enterarme por un competidor digital de la presencia en el citado juicio laboral como testigo del sindicato USO contra la empresa FCC de la ex concejala de Medio Ambiente, señora Fontán, aunque de su declaración no ha trascendido nada, no deja de ser un enigma su presencia allí.
Inés Rey y Lage Tuñas (PSOE) pactaron con Jorquera (BNG) la creación de una comisión de investigación municipal para esclarecer el escándalo de los contratos de limpieza, pero no se ha llevado a cabo.
Tan enigmática esa presencia como la ausencia de posicionamiento, más allá de la consabida referencia al “respeto por el desarrollo del proceso judicial”, por parte del Gobierno de los co-alcaldes LageMan y Rey-ná, y eso que del prominente jefe económico del Ayuntamiento depende directamente el contrato de limpieza, llegando incluso a hacer caso omiso del compromiso adquirido con el BNG, para la creación de una comisión que esclareciese la situación de las concesiones de limpieza y recogida de basuras y la posible implicación de las empresas concesionarias, a cambio de su apoyo para la investidura de la Rey-ná.
Desde este modesto digital estamos convencidos de que, llegados a este punto, la única que puede limpiar algo aquí es la Justicia.