En primer lugar, quiero pedir disculpas por la crudeza de la foto en la que muestro la herida que me produjo un tropezón con la esquina de un bordillo de la plaza de Pontevedra hace un año y medio, el 20 de agosto de 2022. No fue fácil curar esa herida y tuve que echarle mucha paciencia y meses de curas para poder resolver esa herida tan fea, causada por mi despiste y por la absoluta falta de mantenimiento de los espacios públicos en A Coruña.
En cuanto me pude recuperar, procedí a remitir un escrito al ayuntamiento alertando del gran peligro que suponía para niños, jóvenes y mayores, que juegan y circulan por esa plaza, el calamitoso estado de esos bordillos.
Un año y medio después, el 20 de marzo de 2024, compruebo desolado que no han hecho ni puñetero caso a este escrito y que, a pesar de que presumen de que aprueban presupuestos maravillosos y abundantes, al parecer no se contemplan partidas presupuestarias para poner solución a estas trampas. Un bordillo metálico degradado, con dientes de sierra, que supone un peligro constante para todas las personas que pasan por esa zona o juegan cerca de esa trampa.
No sabemos para quiénes gobiernan, pero para los coruñeses seguro que no.
FPG (A Coruña)