Ya pasó … nada a lo que volver. ¡El futuro es de los elegidos!
Y a pesar de todo, debemos analizar y tratar de aprender algo, si es que algo hay que aprender. O simplemente aceptar.
Hay dos maneras de concurrir a unos comicios. Con un modelo para conquistar mayorías que te permitan gobernar o con tu modelo, llegues a donde llegues.
El primero es el de los dos grandes partidos, el segundo suele ser del resto y fácilmente suelen ser determinantes para alcanzar las mayorías.
Pero vamos con el análisis:
Convendrán conmigo en que cada vez están más caras las mayorías absolutas y que los sesgos personales e ideológicos se conjugan más en resta que en suma.
Todo esto hace que sea más importante abrir el campo de con quien asociarse que obsesionarse en crecer a cualquier precio.
Pronto entraremos en el tiempo de alianzas y pactos, claro que para ello tienes que tener con quien … La pregunta es si sigues instalado en el “todo o nada” o aceptas que te hace falta una porción inalcanzable sistemáticamente.
Instalarse nuevamente en el eterno mensaje de “que gobierne la lista más votada” puede dar muchos titulares pero no va a dar opción de cambio en muchos municipios con vocación urbana.
Parece evidente que ya no hay vuelta atrás y para tiempo ya no habrá quien llegue a donde no alcanzas … eso que algunos consideran victoria es una manifiesta derrota porque donde no se gobierna no se implementan políticas liberales.
Una cosa es aniquilar alternativas y otra absorber totalmente su masa de votantes. Ese es el panorama, ya se acabó todo, por cuatro años la estabilidad la dará el Bng.
Definitivamente se eliminó un rival que no era socio seguro pero no tengo claro quien es el beneficiado. Un buen resultado sin duda, pero insuficiente. Eso en términos científicos es fracaso.
Estas han sido pequeñas batallas, lo dramático serán las próximas contiendas. Las mayorías absolutas son infrecuentes y tener con quien sumar es lo que te da estabilidad.
El acoso y derribo de Ciudadanos por parte del PP, dejemos a un lado los errores propios, me parece un error estratégico de primer orden.
La falta de alternancia en democracia, siquiera de su riesgo, nos hace más débiles como pueblo. Incluso los Gobiernos eternos acaban temiéndose a si mismos.
Lo triste de este pensar mio es que probablemente no encuentre tierra fértil en la que crecer y ciertamente estamos en una espiral sinfín de análisis erróneos y victimistas.
Ya llevamos muchas legislaturas repitiendo el mismo patrón, no parece lógico pues esperar resultados distintos.
Para los melancólicos siempre queda aquello de defender el sistema de segunda vuelta, pero el modelo es el que es y lo lógico es que tratemos de ajustar las estrategias a la realidad vigente.
En fin, en esta noche electoral hay que felicitar a los que consiguieron sus objetivos. Y a los ciudadanos una sincera ¡Enhorabuena! Por su comportamiento ejemplar.