La frase “disparar con pólvora del Rey” procede de los Tercios españoles, la unidad de élite del Imperio español, donde cada soldado debía pagar la pólvora de su bolsillo y así había seguridad que solo lo harían cuando estaban muy seguros de acertar.
Hoy traigo un ejemplo evidente de cómo una alcaldesa utilizar alegremente recursos ajenos y no se responsabiliza de su inoperancia. Los vecinos de la plaza de Santa Catalina hemos visto a lo largo de estos últimos años cómo se ha ido degradando el suelo de madera de la plaza. No se ha visto jamás ningún mantenimiento que permitiese asegurar la durabilidad de esa obra. Hace unos días vino la alcaldesa por aquí y ya anunció que, viendo el deterioro, causado por su inacción, va a hacer una obra para poner pavimento normal donde ahora hay madera.
Querida alcaldesa, se trataba de mantener en buenas condiciones lo que había y evitar su deterioro, pero como eso requiere trabajo y planificación, es más cómodo gastar el dinero que no es suyo. Dudo mucho que entienda un razonamiento tan sencillo.