Los independentistas se han envalentonado aún más, tras la aprobación de la amnistía integral en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados.
Rodeado por uno de los mayores escándalos de corrupción de los últimos años, que afecta a varios ministros de su gobierno, a varias comunidades autónomas gobernadas por socialistas, con la presidenta del Congreso tocada en la línea de flotación y hundiéndose lentamente en el fango del escándalo de las mascarillas colocadas por la koldoesfera e, incluso, con serias sospechas de las reuniones mantenidas por su esposa Begoña con miembros del entramado corrupto, Pedro Sánchez ha decidido dar un doble salto mortal con tirabuzón y acelerar el trámite de la amnistía integral a los independentistas catalanes liderados por el presunto delincuente, fugado a Bruselas en el maletero de un coche.
Hemos comprobado que este Joker sin escrúpulos solo tiene un objetivo en su vida: preservar a “Mi Persona” cueste lo que cueste. Desmembró sin despeinarse a los candidatos socialistas en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023 para, a continuación, convocar elecciones generales en plena canícula veraniega. A pesar de la debacle socialista, pudo librarse de caer en el precipicio gracias a pegar un extraño puzle formado por partidos de extrema izquierda (SUMAR, Bildu, BNG) y de la derecha nacionalista (PNV y Junts). Incluso volvió a despellejar al candidato socialista Besteiro en las elecciones gallegas, que se pegó el gran castañazo que le correspondería, por méritos acumulados, a Sánchez.
Pedro Sánchez es conocido como “el corcho” en los mentideros socialistas madrileños, ya que es capaz de sacrificar a sus compañeros de filas para poder seguir gobernando a toda costa.
Pedro Sánchez es conocido como “el corcho” en los mentideros socialistas madrileños, ya que es capaz de sacrificar a sus compañeros de filas para poder seguir gobernando a toda costa. Ahora, su Sanchidad sigue la vertiginosa huida hacia delante y claudica frente a Puigdemont. Carta blanca, bola extra y patente de corso a cambio de los siete votos que necesita para seguir en La Moncloa, porque, en realidad, no los necesita para gobernar. Eso es lo que menos le preocupa, ya volverá a tirar de los decretos ley para imponer su hoja de ruta.
Sánchez ha logrado volver a dividir España en dos bandos, desgastar de manera irreversible al PSOE, asquear – hasta el límite de tirar la toalla – a los socialistas razonables, blanquear a Bildu para que siga creciendo en el País Vasco y regalar otra oportunidad a los independentistas catalanes de volver a jugar la partida de la secesión.
Pedro Sánchez contamina las instituciones colocando a ilustres miembros de su “pandilla”, anula el papel de garante de la democracia del Congreso y del Senado y trata de doblegar al poder judicial para que baile al son que más le conviene, con el único objetivo de justificar una amnistía integral para los delincuentes que le prestan siete votos.
Le da igual destrozar uno de los pilares de la democracia española, la independencia judicial. Incluso es capaz de señalar con el dedo a los jueces “contaminados” por la fachosfera que no desistan de aplicar la ley a los chorizos que Sánchez decida, en bien de su interés personal. Rebajó las penas por sedición a los golpistas catalanes, por malversación a los corruptos y ahora impulsa una amnistía integral que borra los delitos y siembra la infamia y la duda sobre los jueces que aplicaron la ley. En la sociedad española todo esto genera un gran desánimo y un enorme hartazgo.
Las empresas, los autónomos y los ciudadanos de a pie tratan de sobrevivir a las tensiones económicas, a la subida de impuestos, a la inflación y a la subida incesante del coste de la vida, observando atónitos que no hay nadie al volante y que las prioridades de Pedro Sánchez están a una distancia sideral de lo que pasa en la calle.
La amnistía integral no servirá para reconciliar a nadie, todo lo contrario, va a generar más tensión, más rencor y más polarización.
La amnistía integral no servirá para reconciliar a nadie, todo lo contrario, va a generar más tensión, más rencor y más polarización. Justo lo que busca Tirano Pedrone, que prometió traer de vuelta a España a Puigdemont y cumplió, pero no para ser juzgado por sus delitos, sino para que vuelva a impulsar un procés que le permita la independencia de Cataluña, ese sueño húmedo de los que solo saben restar y dividir para seguir a flote, aunque eso suponga dejar herido de muerte el futuro de millones de personas.
A abrir el paraguas hasta que escampe. Vienen tiempos difíciles para todos.