Los cachorros de Otegui han incrementado 6 escaños y han empatado con el PNV a 27 diputados.
Ya sabemos que nos dirán que el PNV ha obtenido más votos que Bildu en las elecciones al Parlamento Vasco, celebradas ayer domingo 21 de abril, pero el que de verdad ha triunfado en su estrategia de borrar su pasado y sumar casi 90.000 votantes más a sus filas, han sido los herederos de ETA. Así de crudo, así de terrible.
Lo de menos es que seguirá gobernando el PNV con la muleta que le preste un PSOE que ha crecido 2 diputados, ni que los nacionalistas “de derechas” hayan bajado 4 escaños, a pesar de crecer algo en votos. La triste noticia es que los cachorros de Otegui han subido 6 parlamentarios, aunque su candidato se haya negado a condenar los asesinatos de ETA, a la calificó de “banda armada con 60 años de trayectoria” y esto tiene varias lecturas. La primera se ha visto claramente en la noche de ayer en la sede de los nacionalistas radicales, con un Otegui eufórico que aseguró que “el cambio es imparable”. Puede que no le falte razón y, más pronto que tarde, los independentistas de Bildu y del PNV comiencen a cocinar un nuevo estatuto que signifique una “independencia a la vasca”.
La participación se ha incrementado en 10 puntos y Bildu ha logrado más de 88.000 votos respecto a las elecciones de 2020
Parece que la primera clave es que se ha incrementado la participación en las votaciones en 10 puntos respecto a 2020, hasta alcanzar el 62,5%, y ese incremento en el número de votantes se distribuyó hacia el PNV, que obtuvo 29.594 votos más – aunque haya perdido 4 escaños – e incluso el Partido Popular creció de forma importante en 36.499 votos – que le permitió pasar de 6 a 7 diputados. Pero el que verdaderamente captó un chorro de votos ha sido Bildu, lo que le permitió incrementar más de 88.000 votantes hasta 341.775 y empatar con el PNV a 27 escaños.
Señalar que la guerra cainita entre Podemos y SUMAR, ha dado como resultado la desaparición de los morados en el País Vasco y la absoluta irrelevancia del conglomerado de Yolanda Díaz, que tan solo ha obtenido un escaño. También es importante destacar que la suma de partidos independentistas (PNV + Bildu), ha crecido respecto a los constitucionalistas, lo que no parece una noticia positiva.
La segunda clave, la más importante, es que Pedro Sánchez, tras negar de forma reiterada cualquier tipo de acuerdo con Bildu – acuérdense de la famosa frase “con Bildu no pactaré” – decidió incluir a los herederos de ETA en su “pandilla” de amiguitos, entregarles la alcaldía de Pamplona y negociar lo que sea menester a mayor gloria del amado líder Tirano Pedrone. El intercambio de cromos es sencillo, Sánchez sigue el La Moncloa, aunque sea magullado, y los independentistas vascos y catalanes continúan de forma inexorable su hoja de ruta hacia el abismo colectivo.
Bildu ha arrasado en las urnas el 22 de abril, gracias a que se ha producido una amnesia colectiva favorecida, primero por Zapatero, y después por Pedro Sánchez.
Es evidente que la estrategia de blanqueamiento de Bildu, llevada a cabo en los últimos años por Pedro Sánchez, ha dado sus frutos. Los nacionalistas se han inventado un país inexistente hasta hace 123 años, Euskadi, y ha tratado de imponer un idioma, el euskera, en las ikastolas, con poco éxito, ya que sólo lo habla el 16% como primer idioma y, curiosamente, el debate de los candidatos en la televisión vasca se realizó en castellano. A pesar de todo, aunque tan sólo el 23% de los vascos quiere la independencia, Bildu, herederos de la extrema violencia, ha arrasado en las urnas el 22 de abril, gracias a que se ha producido una amnesia colectiva favorecida, primero por Zapatero, y después por Pedro Sánchez. Recuerden que hasta a Otegui, condenado por terrorismo, lo calificaron como “hombre de paz”.
ETA ha ganado, por muy duro que suene. Ha sacado la fregona, ha eliminado la sangre, el sudor y las lágrimas, se ha puesto una camisa blanca y ha aprovechado la oportunidad que le ha brindado Pedro Sánchez.
Ayer ha sido un día triste para muchos españoles, que se han dado cuenta de que la afirmación de Sánchez y Zapatero sobre que “la democracia ha derrotado a ETA” es rotundamente falsa. ETA ha sido una banda asesina que causó muerte y desolación a miles de personas, simplemente porque no pensaban como ellos, que experimentó una mutación hacia un brazo político, Herri Batasuna primero y ahora Bildu, y que ha logrado vencer la batalla cultural para convencer a muchos votantes vascos que son un partido “progresista”.
Es decir, ETA ha ganado, por muy duro que suene. Ha sacado la fregona, ha eliminado la sangre, el sudor y las lágrimas, se ha puesto una camisa blanca y ha aprovechado la oportunidad que le ha brindado Pedro Sánchez para reforzar ese proceso de amnesia colectiva, que le ha permitido un éxito electoral sin precedentes.
Creo sinceramente que no existe ninguna diferencia entre un vecino de Rentería y otro de Culleredo. Tienen los mismos problemas, necesitan sanidad, educación, servicios sociales, trabajo, vivienda, etc. No son más altos, ni más guapos, ni su historia es más gloriosa. Aquí se trata de mirar al futuro y no de inventarse un pasado inexistente porque alguien estaba acomplejado y quería cultivar el supremacismo de una raza falsamente superior.
El PSOE puede pactar con un partido de derechas en el País Vasco (PNV), pero no es capaz de llegar a acuerdos con otro partido conservador en España (PP).
La única diferencia se basa en unos privilegios fiscales que solo existen en País Vasco y Navarra – y que en breve veremos en Cataluña – y que les permiten ahondar en la leyenda de que ellos “gestionan mejor”. Seguro que, si al resto de comunidades autónomas nos facilitan unas zapatillas y equipamiento deportivo premium, podemos correr mejor que con las zapatillas desgastadas que tenemos. Pedro Sánchez esta logrando su objetivo de que crezca el apoyo a los partidos nacionalistas gracias al sencillo mensaje de que a los ciudadanos de sus regiones les va mejor porque les otorga más prebendas. Casi consigue su objetivo en Galicia con el BNG, ahora sí lo ha logrado en el País Vasco y pronto veremos el resultado de su estrategia en Cataluña.
En resumen, los del PNV contentos porque seguirán en la poltrona gracias al apoyo del PSOE, que recibirá a cambio el apoyo de los “nacionalistas de derechas” en el Congreso d ellos Diputados; es curioso que un partido “progresista” (PSOE) pueda pactar con otro de derechas (PNV) en el País Vasco, pero se niegue a llegar a acuerdos en España con otro partido conservador (PP). Pero, por desgracia para los que todavía tenemos memoria de las atrocidades cometidas por la banda asesina, los verdaderos triunfadores de las elecciones del 22 de abril de 2024 han sido los que se niegan a condenar los asesinatos de los terroristas de ETA. Repito, día muy triste para una gran mayoría de españoles.