Las conclusiones de la encuesta del Consejo General de Economistas a los asesores fiscales reflejan que el 86% considera que la AEAT no se adapta al mundo de la empresa y de los contribuyentes

Abogado tributarista. Socio de MAIO LEGAL (www.maiolegal.com)

Eso de quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, antes que Siniestro Total, ya fue una inquietud evidenciada por Paul Gauguin en un cuadro datado en 1897. Es, en esencia, un interrogante que nos interpela acerca de nuestra propia identidad; pasada, presente y futura. Lo sencillo quizá sea relatar el pasado, pues en el presente nos falta perspectiva y para el futuro no tenemos una bola de cristal.

Pese a esas confesas dificultades, centrémonos en ese presente de no fácil diagnóstico. Y, dado que en estos mis soliloquios quincenales se trata de abordar cuestiones tributarias, focalicemos la atención en nuestro universo impositivo patrio. El momento es propicio, pues el Consejo General de Economistas acaba de divulgar su edición de 2024 de “La opinión de los asesores fiscales sobre nuestro sistema tributario”; y ya les adelanto que sus resultados son muy significativos.

El 60% de los asesores fiscales cree que el sistema fiscal español es, hoy, peor que hace 15 años y el 66% ha visto como se han incrementado las consultas sobre cambios de residencia hacia otros países

Destaquemos antes de nada que su fiabilidad es del 95%, y que el 96% de los encuestados tiene más de 40 años, o que casi el 90% atesora más de 20 años de ejercicio profesional. Es decir, se trata, para bien y para mal, de opiniones resultantes de muchos años de experiencia en el ámbito tributario. La encuesta aborda cuestiones muy variopintas, pero focalizaré mi atención en algunas que -creo- evidencian un estado de cosas algo inquietante.

La primera, así, apunta que no vamos bien: y es que el 60% de los asesores fiscales cree que el sistema fiscal español es, hoy, peor que hace 15 años, dato aderezado por el hecho de que casi el 80% de los encuestados entiende que la continua modificación de la normativa (con su consiguiente inseguridad jurídica) o la interpretación de esa misma normativa por la Administración Tributaria (72%), son ingredientes que agravan la complejidad.

El 78% de los asesores fiscales cree que las diferencias entre Comunidades Autónomas lastran nuestra competitividad y el 96% aprecia que en los procedimientos de Gestión e Inspección de la AEAT predominan los criterios recaudatorios sobre los de justicia

En cuanto a nuestro nivel de competitividad fiscal (es decir, si somos -o no- atractivos), no parece salir muy bien parado, considerando que el 66% ha visto como se han incrementado las consultas sobre cambios de residencia hacia otros países, o que el 78% crea que las diferencias entre Comunidades Autónomas lastran nuestra competitividad.

En lo relativo a la distribución de competencias, la corresponsabilidad fiscal (es decir, el deseable reparto entre el Estado y las Comunidades Autónomas) tampoco parece carburar bien: la mayoría de la ciudadanía ignora que una parte del IRPF, IVA o Impuestos Especiales lo pagan a su Comunidad Autónoma.

En cuanto a la valoración del papel de la Agencia Tributaria (AEAT): el 86% de los asesores entiende que “no se adapta al mundo de la empresa y de los contribuyentes”, el 96% -repito, el ¡¡¡96%!!!- aprecia que “en los procedimientos de Gestión e Inspección de la AEAT predominan los criterios recaudatorios sobre los de justicia”, y casi el 80% considera que “en los últimos años se han endurecido esas mismas actuaciones de Gestión e Inspección”.

En fin, ¿qué quieren que les diga? Que este diagnóstico debe servir, más que para fustigarnos, para corregir los desvíos (y desvaríos) que apuntan a ciertas patologías. Pongamos remedio antes de que ya sea tarde. 

#ciudadaNOsúbdito

Publicado en Atlántico Diario el domingo 30/6/2024