Leí hace unos días una noticia ciertamente alarmante. Se refería al estado de la salud laboral en las empresas. El informe fue elaborado por un consorcio de aseguradoras y llama la atención la problemática creciente respecto a la salud mental.
En dicho informe se pone de manifiesto que un 35% de los trabajadores perciben un ambiente tóxico en su puesto de trabajo, y que uno de cada tres ha pensado repetidamente en dejar su empleo por este motivo.
En un momento en el que la mano de obra es un bien escaso creo que es un tema primordial para las empresas ser capaz de mantener sus plantillas ya formadas. Y para eso todas las partes tienen que estar por la labor.
La importancia de encontrar satisfacción en nuestro puesto de trabajo es capital para que nos podamos considerar felices, no en vano convivimos más tiempo en el entorno laboral que en el resto de nuestras vidas.
Lo primero que hay que determinar es si esa percepción negativa obedece a causas objetivas o tienen otro origen. Lo digo porque como empresario puedo actuar sobre los factores que de mi dependen … este artículo pretende sensibilizar a todos los que, como yo, debemos buscar el mejor rendimiento de nuestros equipos. Para que eso sea posible nuestro personal debe sentirse reconocido.
Hay quien piensa que es una cuestión de remuneración o de garantizar más derechos. ¿Entonces por qué está creciendo exponencialmente este problema? … Nunca hubo en la historia tanta cobertura y protección.
Mi percepción es que no estamos viviendo una buena época. Los miedos, las ataduras y el exceso de decisiones personales hacia la galería nos está llevando frecuentemente a vivir en el vértigo más que en el sosiego … pocos ya somos dueños de nuestro presente. Y eso muy fácilmente genera angustia.
La inmensa bola de nieve que hemos creado está arrastrando a demasiados. Y no piensen que son solo asalariados … el colectivo de autónomos, los directivos, los trabajadores públicos y hasta los estudiantes…todos nos vemos influenciados por un entorno poco tranquilizador.
En mi opinión urge dotar a la población, en general, de herramientas que permitan gestionar mejor todo este día a día…cuando las visitas al psicólogo empiezan a ser tan masivas nos toca pensar en esas carencias que tenemos pendientes en una educación integral.
El problema está ahí y el reto como sociedad debiera llevarnos a afrontarlo de alguna manera porque lo que parece seguro es que los condicionantes externos van a seguir poniéndonos a prueba.
Lo que sí tengo claro como padre, compañero y dirigente es que debo hacer todo lo posible en mi entorno para, al menos, hacer realidad una frase que repetía a menudo mi madre:
¡Que haya paz! … les aseguro que es rentable.