Una breve explicación de las razones por las que, en algunos países, se circula por la izquierda.
A raíz del último artículo, en el que ofrecíamos algunos consejos para los primerizos en la conducción por la izquierda, algunos nos habéis enviado mensajes y nos preguntáis por qué en esos países se conduce por la izquierda. En realidad, lo que tenemos que preguntarnos es por qué razón nosotros conducimos por la derecha.
Según los historiadores y diversos arqueólogos, ya en tiempos de Roma la circulación se realizaba por la izquierda, lo que permitía a quienes iban a caballo tener libre la mano derecha para defenderse de un posible ataque o simplemente, saludar a alguien conocido.
Estas razones siguen completamente vigentes con el paso del tiempo y, más adelante, con la llegada de los carruajes, se continúa circulando por el mismo carril debido a que los “conductores” debían controlar las riendas con la mano izquierda y la fusta con la mano derecha, por lo que era aconsejable circular por la izquierda para no lastimar a los viandantes que caminaban por el margen de la vía.
No es hasta la Revolución Francesa (1789), y la posterior llegada de Napoleón Bonaparte, que en Europa se comienza a circular por la derecha. Sobre esto existen varias teorías: la más simple se refiere al hecho de que Napoleón era zurdo y por eso quiso imponer esta norma; según otros, debido a que, por norma, los nobles circulaban por la izquierda y el resto por la derecha, este cambio suponía una ruptura con el viejo régimen. Sea como fuera, en 1794 la ley obligaba a circular por la derecha en París.
Con la llegada de los vehículos a motor comienza a producirse un enorme caos, ya que cada fabricante ponía el volante en el lado que le parecía. En este sentido, podría decirse que gran parte de la culpa, en la normalización de la circulación por la derecha, fue de Henry Ford y su modelo T, que contaba con el volante a la izquierda y del que se vendieron más de 15 millones de unidades en todo el mundo hasta 1927.
Aun así, la circulación por la izquierda se mantuvo, por supuesto, en las islas británicas y, como consecuencia, en todos los países pertenecientes a su imperio e, incluso, en algunos limítrofes.
Curiosamente en España también se produjeron situaciones curiosas en esos primeros años de convivencia entre carruajes, vehículos a motor, bicicletas, carros, etc. Debido a que no existía una normativa estatal, cada municipio promulgaba sus propias normas de tráfico, lo que provocó que, en Madrid, a diferencia del resto de municipios españoles, se circulara por la izquierda hasta que en 1924, el gobernador civil y militar de Madrid, Juan O’Donnell y Vargas, emitió un bando ordenando definitivamente a la circulación por la derecha en la capital.
En Europa, no es hasta la Segunda Guerra Mundial cuando se normaliza la circulación en la Convención de Ginebra de 1949, ratificada por 95 países, obligando a cada uno de ellos a elegir el sentido de la circulación. En su gran mayoría, el lado escogido fue el derecho, aunque se dieron casos curiosos como el de Suecia, en donde se circuló por la izquierda hasta 1967. Concretamente, el día 3 de septiembre a las 4:50 a.m., los conductores tenían orden de hacer un alto en el camino y cambiar cuidadosamente de carril. El atasco fue monumental, aunque no hubo grandes accidentes al llevarlo a cabo de una forma cuidadosa y planificada.
En fin, ya veis que no son exactamente los británicos los puñeteros que hacen las cosas al revés del resto del mundo. Por lo menos en lo que a circulación se refiere.