Aunque es sobradamente conocida, quiero recordar que la ilustre escritora Emilia Pardo Bazán nació en 1851 en La Coruña, ciudad que siempre aparece en sus novelas bajo el nombre de Marineda. Ha sido ensayista, poetisa, dramaturga, traductora, editora, autora de cerca de 600 cuentos, novelista – entre las que destacan Los Pazos de Ulloa y La Quimera – crítica literaria y periodista en numerosas revistas y periódicos, como El Imparcial, presidenta de la sección de literatura del Ateneo de Madrid y figura reconocida en la vida literaria, cultural y social. 

En 1908 comienza a utilizar el título de Condesa de Pardo Bazán, que le otorga Alfonso XIII en reconocimiento a su importancia en el mundo literario y en 1916 logra la cátedra de Literatura Contemporánea de Lenguas Neolatinas en la Universidad Central.

Fue precursora de la defensa de los derechos de las mujeres y el feminismo y reivindicó el papel fundamental de la educación de las mujeres para el progreso de la Sociedad.

En 1916 se colocó una estatua en su honor en los jardines de Méndez Núñez y en los últimos años se ha ido dejando deteriorar, sin que los responsables municipales se preocupen en la limpieza periódica.

Paso casi a diario por delante de la estatua de esta gran mujer, veo los chorretones de color verde por todo el monumento y me pongo enferma. Se podría decir que la alcaldesa Inés Rey “pone verde” a Emilia Pardo Bazán.

Es innegable que el talón de Aquiles de este gobierno municipal es la falta de mantenimiento de espacios públicos. Solo hay que darse un paseo por la ciudad y sus barrios para comprobar el estado de deterioro de aceras, calles, farolas, mobiliario, bancos, fuentes y, en este caso, monumentos.

A ver si se ponen a trabajar de una vez y algún mes se ganan el sueldo.

MOV (La Coruña)