El domingo 18 de febrero, los gallegos deciden su futuro entre la continuidad o el rupturismo.
A estas alturas de la campaña electoral gallega poco se puede aportar que no se haya contado ya. Lo que si parece seguro es que habrá bastantes votantes que aún estarán valorando si quedarse en casa o votar a la contra.
Cuando digo votar a la contra me refiero a votar al PP siendo de izquierdas o votar al BNG sin ser nacionalista, y es que mi percepción, lo que palpo hasta donde yo llego, es que el PSdeG se va a pegar un castañazo monumental, por debajo, incluso, de lo que ya le dan las encuestas.
Los gallegos hoy ya visualizamos con nitidez que o continuará el gobierno absoluto del Partido Popular o gobernará el Bloque Nacionalista de modo hegemónico sobre el resto de partidos de la izquierda.
El próximo domingo elegiremos a Alfonso Rueda o Ana Ponton. Continuidad o cambio radical.
Es por esto que el próximo domingo elegiremos a Alfonso Rueda o Ana Ponton. Continuidad o cambio radical. Eso es lo que tienen que meditar todos esos indecisos, huerfanos o defraudados.
Lo que si me parece bastante claro es que afrontamos unas elecciones con escasa influencia, en las motivaciones de voto, de los asuntos domésticos. La mayoría las percibimos como un plebiscito a las alianzas nacionales.
Las decisiones del PSOE en Madrid le brindarán al BNG una ocasión única de crecer muy por encima de su umbral ideológico alcanzable.
Así las cosas, las decisiones del PSOE en Madrid le brindarán al BNG una ocasión única de crecer muy por encima de su umbral ideológico alcanzable, lo que les empujará a soñar con su “dorado” futuro Nacional.
Pero que no se confunda nadie con los resultados que vengan, porque muchos de esos votos prestados al BNG y al PP no se los daremos para que hinchen el pecho, sino como refugio ante la horfandad en la que nos encontramos muchos, y en muchos casos para evitar males mayores.
En mi opinión esta campaña rezuma poca ilusión, y es que, con tantos intentos de ensuciarla, creo que han roto el juguete.
Lo interesante vendrá después, porque el otrora intocable PSOE debiera iniciar un proceso de reflexión porque quizá le empiecen a salir rivales en su espacio, pero esa será otra historia.
¡O domingo ti decides!