Los barrios padecen una preocupante inseguridad y se han echado a la calle para luchar contra el trapicheo que se genera por la okupación de pisos y también sufren las consecuencias de una ausencia injustificable de limpieza y mantenimiento de los espacios públicos.
Nuestro recorrido por la ciudad toca a su fin, y no porque lo haya contado todo sino porque quise, a partir de nuestros lugares más emblemáticos, demostrar en qué situación de abandono y de ausencia del más mínimo mantenimiento padece La Coruña.
Y esta última etapa se la voy a dedicar a los barrios, y no porque sean los últimos en importancia, más bien todo lo contrario, son los que hacen ciudad, sino porque cada día amanecemos con dos o tres quejas de diferentes zonas en los medios de comunicación. Sin embargo, la co-alcaldesa en lugar de poner remedio o hacer un ejercicio de necesario diálogo, responde como una auténtica dictadora, con cositas como “son unos irresponsables”, “no dicen la verdad”, “eso se va a hacer sí o sí”, “se dejan manipular por intereses políticos”, “si no le gusta ya saben qué pueden hacer en las elecciones”, etc. En fin, frases arrogantes y carentes de la mínima empatía propias de una regidora que debiera saber que ese sillón es prestado y está en él para tratar a los vecinos como ciudadanos y no como súbditos.
Hemos visto estallidos vecinales en Os Mallos, Sagrada Familia, Ronda de Nelle, Agra del Orzán, San Andrés, Ventorrillo, Monte Alto por graves problemas de inseguridad ciudadana sin que Inés Rey haya convocado la Junta Local de Seguridad
Una queja transversal a todos los barrios es la seguridad. Desde Os Mallos hasta la Sagrada Familia, pasando por Ronda de Nelle, el Agra del Orzán, Ventorrillo, San Andrés o Monte Alto, son algunas muestras de por qué los vecinos se han visto obligados a protestar en las calles, a hacer caceroladas y a intentar echar a traficantes y okupas del entorno donde viven.
La respuesta de la co-alcaldesa, en lugar de una llamada a una mesa de diálogo o acercarse a esas zonas para escuchar y tranquilizar a los vecinos, ha sido criticar a los vecinos por su “irresponsabilidad” y escurrir el bulto con una constante apelación a la falta de competencia -que es una incompetente nos lo demuestra todos los días- cuando no se le da por entrar en su “país de las maravillas” y decir que La Coruña es una ciudad segura o el “espejo donde se mira Galicia”. Le recordamos que La Coruña es la ciudad con la mayor tasa de delincuencia de Galicia.
Otra de las quejas transversales es la suciedad y la ausencia de un adecuado mantenimiento. El pésimo estado de las infraestructuras básicas -viales, aceras, farolas, bancos…- que este año se ha visto agravada con la huelga de recogida de basura en pleno período estival/turístico y que ahora, con una desfachatez típica de a quién le fallan las interconexiones neuronales, se pone la “medalla” por haber terminado con esa lacra; es el culmen del disparate.
Hemos padecido la huelga más larga de la historia, en el peor momento del año, donde ella misma se declara primero impotente y luego dice “no me va a temblar la mano”, donde los daños son millonarios, donde se puso en peligro hasta vidas de los vecinos por los incendios intencionados, y sobre todo, donde si alguien puso fin a esta guerra de la basura ha sido la empresa echando a trabajadores, abriendo expedientes e investigaciones, o tramitando denuncias policiales, y la co-alcadesita en su delirio dice que fue gracias a ella….¡madre de Dios, hace falta tener cara!
Respecto al mantenimiento de espacios públicos, baste señalar cómo los vecinos de San Pablo se han visto en la necesidad de ponerse manos a la obra para reparar unas baldosas de su zona. ¡¡Los vecinos!!
Barrios que se quejan por la falta de apoyo municipal a sus fiestas, o porque se enteraron in extremis de cuánto dinero tenían para organizarlas, o porque ignoraron sus propuestas o porque no sabían ni cual era el cartel que les había contratado el campeón de los contratos secundum legem y genio de la contabilidad, Gonzalo Castro, tal es el caso de Novo Mesoiro, Sagrada Familia, Los Rosales, Monte Martelo o Los Mallos, entre otros.
Muchos son los barrios que no le han visto el pelo a la co-alcaldesa en años, ni tampoco a los flamantes concejales de distrito. Todos ellos, incluida la regidora, han hecho buena a la señora Cabanas que al menos, mientras la dejaron, los recibía y visitaba, aunque no pudiera hacer nada, porque ella sí tenía las manos atadas, pero por el señor Lage Tuñas.
Sobre las quejas de las diferentes zonas de la ciudad acerca de las líneas de autobuses, ya resulta cansino hasta hacer referencia a ello. La co-alcaldesita quiere una ciudad peatonal, sin establos públicos ni disuasorios para nuestras “vacas”, con muchas estaciones-bici y una movilidad moderna basada en patear y patear calle y tirar de transporte público.
Es obvio que a esta señora nadie le pasa los datos demográficos de nuestra ciudad, pero, así por encima señora Rey-ná, yo no veo a ese más de un tercio de personas de la tercera edad usando las bicis, pateando sus calles llenas de peligros para su salud -baldosas levantadas, socavones, estrechez de aceras, alcorques con altura, ausencia de bajantes adecuadas para personas con movilidad reducida-, ni mucho menos me imagino a los estudiantes de Castrillón, Rosales, Monte Alto o Monelos yendo a la UDC en un tiempo inferior a cuarenta minutos.
Lo mismo se puede decir de ir al CHUAC, al Oncológico o al Materno-Infantil; y qué decir de lo “fácil y rápido” que se llega de Matogrande a Monte Alto, de Rosales a Eirís, de Ventorrillo a Linares Rivas. Ahora pague usted con nuestro dinero el medio milloncejo de euros para un estudio sobre líneas de autobuses y no hable con los vecinos, que son los que realmente saben – porque lo padecen – cuáles son las verdaderas necesidades en materia de líneas de bus. Ya le digo yo que, si lo hace, saldrá una mejor propuesta de líneas y además le saldrá gratis.
Por ausencia de proyecto, falta de transparencia, de diálogo, de responsabilidad y de amor por su ciudad, Inés Rey ha conseguido batir el récord de incompetencia de los anteriores gobernantes de La Marea
Usted señora Rey-ná las pocas cosas que hace para los vecinos, las hace, pero sin los vecinos, o sea el summum de la participación y la transparencia:
- Pseudo-peatonalizaciones en las que hay que extremar el cuidado con las motos, bicis, patinetes y hasta coches que van a sus “establos” para que no te lleven por delante;
- Jardines con murallas y accesos imposibles que llevan meses parados porque el proyecto se lo pararon los vecinos y usted no tiene alternativa;
- Eliminación de carriles para coches en una zona que por su geografía -península- Dios nos libre que tengamos un nuevo mar Egeo porque van a tener que salir en helicópteros.
- ¿Y qué me dice de los proyectos de viviendas de as Xubias y O Castrillon? ¿Van a tener que montar un pollo como los de San Pedro de Visma o Percebeiras para que usted les informe?
Y acabo ya haciéndome, de nuevo, una pregunta que me corroe ¿dónde está el dinero señora co-alcaldesita? ¿en qué se gastan nuestro dinero para que su respuesta ante demandas lógicas y necesarias sea que no hay dinero?
Nunca pensé que pudiera haber un desgobierno municipal peor que el de Marea, pero créanme si les digo que éste, por ausencia de proyecto, falta de transparencia, de diálogo, de responsabilidad y de amor por su ciudad ha conseguido batir el récord de incompetencia de los mareantes. El tándem Lage-Rey tendrá un lugar privilegiado en las páginas de la historia de nuestra ciudad, que se corresponderán con el período más negro de Marinediña.
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