Amenazó con “gravar con más impuestos a quienes tienen en el banco para vivir 100 vidas” y aseguró que “España será un país mejor si tiene más coches eléctricos, más transporte público y menos Lamborghini”

Ya hemos comprobado en estos últimos años que la capacidad de Pedro Sánchez para exponer incongruencias es insuperable. Si en lugar de matricularse una media anual de 26 Lamborghini en España, se matricularan 2.600 al año, Tirano Pedrone tendría un pellizco de más 300 millones de euros en impuestos, con los que dar alguna paguita adicional para seguir anestesiando a una parte de la población española. Pero en lugar de fomentar su adquisición, demoniza a quienes lo pueden tener y, apuesta porque sus “vasallos” utilicen coches eléctricos y transporte público, mientras su Sanchidad contempla la vida desde su Falcon.

Pues bien, si su objetivo es la defensa de las clases medias y trabajadores, como pregona, parece que el coche eléctrico y el transporte público difícilmente encajan en este estrato social, por varias razones.

Pedro Sánchez le pide a sus “vasallos”, cuyo sueldo más habitual es de 14.586 euros anuales, que se compren un coche eléctrico, que es un 50% más caro que un vehículo convencional

En primer lugar, porque un coche eléctrico cuesta, de media, un 50% más que un turismo convencional de combustión, por muy subvencionados que estén. Pero, además, se da la circunstancia de que una gran parte de ese estrato social, que dice defender Sánchez, no dispone de garaje en el que poder cargar el vehículo, o “establo”, como ha dicho la alcaldesa Inés Rey, ni vive en una casa unifamiliar dotada con los dispositivos de recarga necesarios para alimentar la batería del coche eléctrico.

Si el usuario tuviera que hacer un viaje de 300 o 400 kilómetros, no iba a tener fácil llegar a su destino en el mismo día, porque con la autonomía que ofrecen y los puntos de recarga existentes en España, seguramente tendría que pernoctar en el camino.

Como se puede comprobar, todo son “ventajas” para los propietarios de un coche eléctrico. Tanto es así, que los CEO de marcas como Volkswagen, Hyundai, Mercedes, Volvo o Audi, que en un alarde de euforia teñida de verde anunciaron que en el horizonte de 2033 dejarían de fabricar vehículos de combustión, han dado marcha atrás, a la vista de las dificultades con las que se encuentra el mercado de los coches eléctricos y seguirán fabricando coches de combustión sine die.

Volkswagen, Hyundai, Mercedes, Volvo o Audi han descartado seguir apostando por el coche eléctrico

Y es que las imposiciones medioambientales de la Unión Europea, en virtud de la perniciosa Agenda 2030, no sólo han causado estragos en el Sector Primario, al amordazarlo con exigencias que ni EEUU, India o China tienen, sino que también ha dejado “gravemente herida” a buena parte de la industria automovilística, y el paradigma lo encontramos en Alemania.

Pero además de estas “enormes ventajas” del coche eléctrico, los defensores de la causa verde no nos hablan de las emisiones que se producen durante la fabricación de un vehículo de estas características; ni del consumo de agua necesario para tratar el litio de las baterías; ni del destino final de las baterías agotadas, ni de que la mayoría del litio necesario para fabricar baterías está en manos de China, …

Como ejemplo, podemos decir que durante la fabricación de un único coche eléctrico se liberan 4 millones de toneladas de CO₂, y se necesitan 20.000 toneladas de agua para procesar el litio de la batería. Así lo recoge Daniel Marín en un extraordinario reportaje publicado en Mundo Deportivo. 

Durante la fabricación de un coche eléctrico se liberan 4 millones de toneladas de CO2 y se necesitan 20.000 toneladas de agua para procesar el litio de la batería

Con un sector industrial tocado y un sector primario hundido, no es de extrañar que Draghi esté preocupado por la pérdida de competitividad de Europa respecto a EEUU y China, cuyos mercados siguen en expansión, mientras el del viejo continente se contrae como una uva pasa. 

Pero si el coche eléctrico es la primera propuesta de Sánchez para que España sea mejor, la segunda aún sorprende más, cuando apuesta por el transporte público.

¿Cómo tiene la osadía de invitar a utilizar el transporte público, cuando asistimos al lamentable espectáculo que está dando el transporte ferroviario de viajeros, donde la puntualidad se está convirtiendo en la excepción, las averías son constantes y las esperas de horas y horas se convierten en rutina habitual?

En España hay 1 millón de supuestos “ricos”, que tienen más de 1 millón de euros de patrimonio y que no les da para vivir 100 vidas

No deja de sorprender el modo que tiene el presidente del Gobierno para defender a las clases medias y trabajadoras: Cómprate un coche eléctrico, que están “baratitos”, y pilla un tren, a ver si tienes suerte y llegas a tiempo al trabajo en el día.

Por cierto, si alguien tiene dinero para vivir 100 días no debería de pedir perdón. Es su dinero y la propiedad privada es sagrada, por lo que, si Pedro Sánchez pretende resolver el enorme déficit que genera cada año y la estratosférica deuda que ha engordado apretando al poco más de 1 millón de personas que tienen 1 millón de euros o más, que no les da para vivir 100 días, lo único que va a conseguir es que levanten el vuelo y se lleven su dinero a otros países.