Posicionarse en contra de la sanidad gratuita a toda persona que resida en España y no haya cotizado, como jubilados de otros países o inmigrantes con o sin papeles, es calificado como “facha”.
El pasado martes 14 de mayo, el Consejo de ministros aprobó el proyecto de ley titulado como “Ley de universalidad del sistema nacional de salud”, que legitima el derecho a recibir atención sanitaria a toda persona que “resida” en España. Este derecho implica la atención sanitaria completa y gratuita a todo aquel, cotizante o no, que resida en España independientemente de que tenga su documentación en regla o no.
El sistema sanitario español, universal y gratuito, está enormemente tensionado, debido al envejecimiento de la población y, en muchos lugares, por la dispersión de sus habitantes
El principio número uno de control de la población es impulsar políticas en contra del bien común, haciendo que toda crítica a esa política se disfrace de ataque contra el sistema moral establecido. De esta forma quien se revele, es tachado de ir en contra del pensamiento oficial, o resumidamente, se le coloca la etiqueta de “facha”. Por lo tanto, el hecho de estar en contra de dotar de sanidad gratuita a toda persona que resida en España y no haya cotizado (jubilados de otros países o inmigrantes con o sin papeles) es facha.
Por cada persona cotizante en España, hay 1,4 personas que no aportan y sólo reciben prestaciones públicas
Ahora bien, lo bueno de las matemáticas es que son asépticas y si unos resultados respaldan una “opción facha” no se puede afirmar que los números estén sesgados. Por lo que vamos con ellos. España tiene actualmente una población de unos 48 millones de personas en números redondos, de los que cotizan unos 20 millones de personas. Dicho de otro modo, que por cada persona que aporta, hay adicionalmente a esa persona, 1,4 personas que reciben.
La ampliación de la prestación sanitaria a todas las personas que residan en España, sin incrementar los recursos humanos y las infraestructuras sanitarias, va a originar un atasco peligroso en las ya tensionadas listas de espera, tanto en los centros de salud como en los hospitales
Ya se ha demostrado en numerosas ocasiones que el sistema de salud está quebrado, ya no solo por la deuda de la Seguridad Social sino por la pirámide poblacional invertida y el empeoramiento de los servicios públicos debido a la ineficiencia. A esto se une el efecto llamado de una sanidad gratuita para todo aquel que “resida” en España, entre legal o ilegalmente en el país.
Y ahora vamos con la parte económica. Cualquiera que haya viajado a Estados Unidos es consciente de la relevancia de un seguro privado, por lo que pueda pasar. Ya que en ese país sin seguro médico no te atienden, porque la sanidad, lo queramos o no, tiene un coste. ¿Algún lector me podría enunciar cuánto vale una cita médica en España por la sanidad pública? Si acudimos a la sanidad privada la cita puede oscilar entre los 50€ y los 200€ por recibir una consulta médica, dependiendo del especialista.
Es sencillo conocer los costes de cada acto médico, pruebas diagnósticas o intervenciones quirúrgicas, están publicadas en los Boletines Oficiales de las Comunidades Autónomas
Ahora bien, si empezamos a introducir pruebas médicas en la sanidad pública ¿a cuánto asciende la factura? Y si añadimos “estancias” en el hospital, ¿cuánto cuesta? Y si tenemos el combo completo en el que tenemos que recibir traslado en vehículo medicalizado, chequeos médicos, estancia en el hospital y medicamentos ¿esto cuánto vale? La respuesta es la misma, la población no es consciente de este coste. Pero lo cierto es que si supone un coste para las arcas públicas.
Galicia gasta casi un 40% de su presupuesto en sanidad pública en 2024, lo que representa una cifra récord de 5.165 millones, lo que significa 1.056 millones por encima del presupuesto de 2020
Un ejemplo cercano, la Xunta de Galicia aprobó un presupuesto total de 13.257 millones de euros, que incluyen un gasto sanitario récord de 5.165 millones. Es decir, se gasta casi un 40% del presupuesto en sanidad pública y, aun así, muchos opinan que hay “recortes” – sabiendo que se destinan más de 1.000 millones respecto a hace 4 años – y critican la calidad de nuestra sanidad. Entonces, ¿qué pasará cuando se incorporen al sistema todas las personas que residen en España y haya que atenderlas sin que haya más presupuesto, más personal sanitario, más centros de salud o más hospitales?
Por poner otro ejemplo, recientemente un turista español tuvo un accidente en la piscina de su hotel mientras disfrutaba de unas vacaciones en un país latinoamericano. El pronóstico sanitario del paciente fue reservado, teniendo que permanecer en cuidados intensivos de un hospital cerca de un mes. El paciente, tenía un seguro médico con una cobertura de hasta 100.000€. El problema, es que cada noche en el hospital tenía una factura de 6.000€ por lo que su seguro no pudo afrontar el coste total del tratamiento y se tuvo que fletar un avión medicalizado desde España para tratarlo aquí (de eso tampoco hay factura, pero cuesta dinero).
La decisión de Pedro Sánchez puede provocar un “efecto llamada” a personas inmigrantes, tiene bastante tufillo electoral y es bastante irresponsable decretar “barra libre” de sanidad gratuita a todos los residentes en España, sin dotar de presupuesto extra a las comunidades autónomas
En definitiva, una vida humana no tiene precio, pero su tratamiento sí. El único fin de dar gratuidad en la sanidad en un sistema sanitario quebrado es realizar un efecto llamada a población no autóctona para, después de ser nacionalizados, que emitan un voto clientelar. Entonces volvemos a lo mismo de siempre ¿quién paga esto? Pues tanto los “fachas” que se echan las manos a la cabeza, que son muchos, como los ciudadanos que están a favor de esta medida. Ahora bien, tu como ciudadano, que llevas toda tu vida laboral cotizando, ni se te ocurra quejarte porque tienes lista de espera de 6 meses para cualquier especialidad. Porque eso, es también “facha”.