La desidia de los gobernantes y la ausencia de un mantenimiento adecuado de nuestro patrimonio arbóreo están pasando factura a nuestra ciudad. Ya lo hemos comprobado con los olmos del jardín de San Carlos, afectados por una plaga de grafiosis, que la alcaldesa conocía y no movió un dedo para ponerle solución. Ahora solo queda la cirugía radical para tratar de salvar los árboles que aún quedan en pie en ese jardín emblemático.

De igual manera sufrimos la dejadez con la conservación de las palmeras infectadas del picudo rojo, sin que desde el gobierno municipal se haya abordado un plan serio para prevenir esta plaga. Las fotos que envío son de una palmera que está en la Avenida Barrié de la Maza, a la altura de la fuente de las Catalinas. Su aspecto reseco y la enorme grieta que muestra en su parte inferior, vaticinan una tala inevitable, que espero sea lo antes posible, porque el estado en el que se encuentra el árbol podría suponer un serio riesgo de caída y de daños a los peatones y a los coches.

Nada se hace desde María Pita para conservar la ciudad en condiciones adecuadas. Nunca A Coruña ha estado en manos de personas menos trabajadoras y diligentes.

MOS (A Coruña)