Cada día que pasa me pregunto dónde van los impuestos que pagamos, porque si algo tengo claro es que no se destinan a mantener en condiciones adecuadas los espacios públicos.

Un ejemplo incontestable que avala mi afirmación se puede comprobar en la trampa que tenemos que sortear los peatones en la calle Orquesta Sinfónica de Galicia, delante de la cafetería Tortoni. Esta “fochanca” lleva así cuatro años y a pesar de que los vecinos lo hemos denunciado una y otra vez, no hemos logrado que lo arreglen.

La única ventaja de este cráter lunar es que cuando llueve y llevas los zapatos sucios, te los limpia en un santiamén y salen relucientes y llenos de agua. Y si hace buen tiempo y vas despistada, ya tienes una razón de peso para ir al dentista a que te arregle los dientes. 

En realidad, esto es muy serio porque conozco dos señoras mayores que no les ha hecho ninguna gracia tropezar con este “burato”; una se rompió la cadera y la otra tuvo un esguince. 

A ver si tenemos un poco de suerte y arreglan este agujero unos días antes de las próximas elecciones municipales.