El día 17 de octubre dicen que se celebra el día del Herpes Zóster, significándolo como el Día mundial del dolor. Una de las enfermedades que no suele recibir toda la atención que se merece. El herpes zóster es una enfermedad infecciosa que se caracteriza por un dolor que puede ser intenso y descrito con sensaciones de tipo eléctrico y punzante asociado a un sarpullido o la aparición de ampollas en la piel, frecuentemente a un solo lado del cuerpo. 

Este virus queda latente después de haber pasado la varicela, generalmente en la infancia, con lo que en torno a un 90% de la población adulta está en riesgo de padecerlo. A lo largo de su vida, aproximadamente una de cada tres personas entre 50 y 90 años podrá desarrollar un herpes zóster. 

Las secuelas pueden ser variadas o no dejar ninguna, pero el dolor es como digo de los más intensos y suele ocurrir a partir de los 50 años o cuando el sistema inmunitario de los pacientes se ha debilitado a consecuencia de padecer determinadas enfermedades o estar en tratamiento con fármacos inmunosupresores, que debilitan nuestro sistema inmunitario.  

Además, existen otras complicaciones menos frecuentes asociadas al herpes zóster, como pérdida de visión o audición, vértigo, zumbidos en los oídos, parálisis temporal o permanente de los músculos de un lado de la cara, así como infecciones bacterianas de la piel debido a las ampollas o la afectación del sistema nervioso central. 

El que esto escribe lo ha padecido el pasado año y puedo atestiguar que JAMÁS he tenido un dolor tan intenso hasta el punto que el tratamiento contra el dolor con suministro de morfina y parches no obtenía resultados más allá de un par de horas. El tratamiento me lo han tenido que repetir por dos veces y al final, después de varias semanas el dolor fue remitiendo. Tal vez alguna de estas secuelas me ha quedado, con menos agudeza visual y auditiva.  

No se atrevan Vds. los que dirigen la designación de conmemorar este día y difundirlo sin adoptar las medidas que lleguen a TODOS los ciudadanos. Provocando en muchos casos pérdida de calidad de vida retraimiento social y depresión. La XUNTA DE GALICIA impide que la vacuna se la apliquen a aquellas personas que han rebaso los 80 años, eso sí que es discriminación por razón de edad. 

Los mayores de ochenta años no merecemos esto y la injusticia social que ello significa no tiene respuesta a pesar de las quejas formuladas para evitar ese inmenso dolor. 

Eso es sencillamente otra forma de EDADISMO. Y la sociedad calla…como con todo.