No se explica como los bares están llenos con la recesión en términos reales que sufre España

Se considera que una economía entra en recesión cuando ésta acumula dos trimestres consecutivos con crecimientos nominales negativos (es decir, comparando los datos un trimestre contra otro). Con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en la mano, en el primer trimestre de 2023 España creció un 0,5% mientras que en el último trimestre de 2022 el Producto Interior Bruto (PIB) del país creció un 2,9%. No se puede decir que haya recesión, al menos en tasas nominales. ¿Qué sucede cuando al crecimiento le restamos la inflación para calcular el crecimiento en términos reales? Pues que España (y Europa) están en recesión, y desde hace un par de años, pues ya no solo los ciudadanos sino los países tienen cada vez un menor poder adquisitivo medido en moneda local. 

Teniendo en cuenta que vivimos en una decadencia económica, ¿cómo es posible que los bares, al menos en España, sigan llenos? La población en general, profana en cultura financiera, relaciona la densidad en las terrazas de la hostelería con la salud de le economía en general; puede ser acertado, pero hay matices. Sobre el tema de los bares existen dos tipos de respuesta: conductuales y económicas.

La conductual es muy sencilla de entender: los hábitos de la población o condicionamiento clásico. Se puede ejemplificar con el experimento de los perros de Pavlov: inicialmente se hacía sonar una campana después de la cual se administraba comida a unos canes. Después de que los animales crearan una relación entre el timbre de la campana y la comida, se eliminó la administración de la comida. Para entonces, cada vez que sonaba la campana, los perros salivaban, aunque no hubiera ninguna presencia de comida. Con España pasa algo parecido. Cuando se junta ocio y buen tiempo hay terraceo. Pero ¿qué sucede si cada vez hay menos dinero, llega el buen tiempo y existe presión social para tomar algo? Pues que sigue habiendo terraceo, el problema ya es cómo se mantiene el hábito.

La población española, se podría añadir que la población Mediterránea en su conjunto tiene gran facilidad para regalarse a la vida. Es un comportamiento cultural que más allá del hábito, se convierte en tradición. Por eso España es el país con más bares por persona del mundo. Por ello la población buscará maneras para mantener ese hábito a pesar de que financieramente no se pueda mantener: el ahorro y el crédito.

Es manifiesta la pérdida de poder adquisitivo que se lleva experimentando éstos últimos años: la inflación crece por encima de salarios y rentas por lo que existe un menor poder adquisitivo. Aún así el condicionamiento social hace que la población siga saliendo a consumi. Si con su salario la población no se puede permitir salir de cañas, ese dinero de más que se gasta tendrá que ser financiado con el ahorro o, si éste ya ha desaparecido, con crédito.

Con todo esto, el oasis de esperanza que la Semana Santa ha sido para la hostelería y el turismo se torna en una realidad en la que la salud económica de las familias está erosionándose cada vez más. Las entidades bancarias están percibiendo un deterioro de las perspectivas económicas y de la solvencia de los prestatarios (es decir, las familias) según se extrae de la Encuesta de Préstamos Bancarios que publica el Banco de España. Teniendo en cuenta estos riesgos, los bancos dan cada vez menos crédito y más caro, en este caso por la subida del coste del dinero. Esta fórmula hace que muchos hogares directamente no pidan crédito porque saben que no será concedido lo que nos lleva a una menor oferta y demanda a la vuelta del verano: porque, aunque se esté pelao hay que irse de vacaciones, de nuevo el hábito conductual.

Mientras que la concesión de nuevas operaciones hipotecarias lleva 4 meses con crecimientos negativos, el crédito al consumo se mantiene con crecimientos, incluso del 3,6% en el mes de abril, encadenándose incrementos tanto en operaciones como en importes desde octubre de 2022. Esto es una consecuencia directa de la caída de la tasa de ahorro en los hogares, y más particularmente en hogares donde el ahorro ya ha desaparecido.

Los informes académicos enuncian que normalmente el impacto de las políticas monetarias aflora un año después de su implementación. Recordemos que en Julio de 2022 el Banco Central Europeo comenzó su subida de tipos de interés por lo que en el segundo semestre del año deberíamos ver nítidamente qué le hace a la economía la subida de los costes de financiación (hipotecas, créditos al consumo y financiación a las empresas).

Hablamos de los créditos al consumo, pero, respecto a la subida de la cuota hipotecaria todavía no hemos visto lo peor. A fecha de finales de 2022, tan solo un 30% de los hogares habían tenido incrementos en su cuota hipotecaria, esto es por que los préstamos suelen actualizarse anualmente. En definitiva, un 70% de los hogares verán., o ya han visto a estas alturas del año, cómo se encarece su principal gasto. Y teniendo en cuenta que el Euribor estará en verano en el entorno del 4%, hace pensar que la subida de las cuotas hipotecarias todavía no ha acabado.

En definitiva, los destinos turísticos llenos en Semana Santa reflejan la realidad de las familias que pueden consumir y luego no llegan a final de mes. Y no pensemos en familias de clase baja, hablamos de familias de clase media que no han pasado hambre nunca. La población ve la televisión y las playas llenas preguntándose si son los únicos a los que les afecta la subida de los precios. Hay que aparentar normalidad y fortaleza económicas porque se acercan elecciones.