Ahora queda claro que no hacía falta ser un gurú, ni un gran experto, ni un afamado periodista del mundo del motor: el coche eléctrico 100% no tiene futuro.

Aunque simples mortales, profesionales que nos dedicamos, de una u otra forma, al mundo de la automoción, ya lo habíamos comentado hace mucho tiempo. Y, por supuesto, también grandes expertos, periodistas y conocidos gurús. Entonces, la pregunta que se nos plantea es la siguiente: si estaba tan claro ¿cómo es posible que miembros de la clase política de toda Europa y, lo que es peor, de la clase dirigente, y CEO de las grandes marcas europeas no hayan visto que la apuesta estaba perdida?

No vamos a entrar en este artículo en la cuestión de si los eléctricos son realmente más ecológicos que otras opciones, con el tema de la contaminación en su fabricación o el reciclaje de sus baterías, etc. Quizás eso esté ya suficientemente hablado y si no, será objeto de otro artículo.

Por otra parte, quede claro que debemos tomar medidas medioambientales para la conservación de nuestro planeta, incluso aunque no existiese el cambio climático. Pero claro, lo que no se puede hacer es tomar medidas que supongan una involución en nuestra sociedad. Podemos estudiar diversas formas de movernos, pero de lo que no cabe duda es que el ser humano se mueve, y cada vez más.

Y por favor, no repitamos más las mismas frases sin sentido: es que no hay suficientes puntos de recarga, es que no vamos a cumplir los objetivos a tiempo, es que en España la cuota de mercado es mucho menor que en otros países, etc. Bueno, de esto último, en todo caso y visto lo visto, tendríamos que estar orgullosos de no haber metido tanto la pata. Es que está clarísimo que un coche que tarde una hora en volver a estar operativo para funcionar, no va a tener éxito. Y quizás debemos estar tranquilos con no logar un objetivo que no tenía sentido y que, claramente, era injusto para la sociedad con menor poder adquisitivo.

Un coche 100 % eléctrico con la tecnología actual para un uso urbano, exclusivamente, es perfecto. Pero claro, mientras las cosas no cambien – otros modos efectivos de transporte, vehículos compartidos o alquilados por horas, pilas de hidrógeno, o qué sé yo -, hay que disponer de, como mínimo, 2 coches: uno para ciudad y otro para viajar.

En fin, que no lo digo yo, sino el mercado. Y ahora también los grandes “mandamases” de las principales marcas europeas. Ahora que ya hemos metido la pata. Por eso, hasta Volkswagen se plantea el cierre de dos de sus plantas en Alemania, lo cual nunca había ocurrido en todos los años de su historia. Ahí están los datos ofrecidos por la patronal europea de fabricantes de coches, ACEA, según los cuales el desplome en la entrega de este tipo de vehículos ha sido del 68,8% en Alemania, del 33 % en Francia y del 40,9 % en Italia. En España también, pero como ya estábamos en unas cantidades mínimas, casi no se nota. 

Insistimos, ya no lo decimos nosotros: 

“El coche eléctrico, cuesta abajo y sin frenos en Europa: sus ventas cayeron un 44% en agosto” (Cinco Días, 19 de septiembre de 2024)

“Frenazo de las ventas de coches en Europa, con un sector eléctrico en desaceleración” (El Periódico de la Energía, 18 de abril de 2024).

“Se confirma la tendencia: caen las ventas de eléctricos en Europa” (ABC, 19 de julio de 2024)

“A este ritmo no lo lograremos”. Las ventas de coches eléctricos se estancan en España (Motorpasión, 6 de mayo de 2024).

En resumidas cuentas, en lo que va de año en España, la cuota de mercado de los vehículos eléctricos no llega al 10%. Ojo, que aquí están todos incluidos, porque la cuota de los 100 % eléctricos no llega al 5%. Son los híbridos los que mantienen el tipo, como es lógico, ya que reúnen lo bueno de las dos tecnologías.