La financiación necesaria para garantizar el adecuado funcionamiento de MUFACE depende de varios factores clave que determinan los costos de la atención sanitaria y las prestaciones sociales para los funcionarios.
En la primera parte de este artículo, alertábamos de que casi 1,5 millones de personas están con el alma en vilo porque desconocen si van a seguir con el sistema sanitario de MUFACE o desembarcan en la sanidad pública de golpe.
Estimar una cantidad precisa para financiar este sistema requiere tener en cuenta el número de mutualistas, los costos de los tratamientos médicos, las primas de las aseguradoras privadas, y otros aspectos financieros. Sin embargo, podemos abordar algunas áreas que requieren mayor financiación y los elementos que influyen en este cálculo.
Actualmente, MUFACE cubre a aproximadamente 1,5 millones de personas, que incluye a funcionarios en activo, jubilados y sus beneficiarios. Cuanto mayor sea el número de beneficiarios, más fondos se necesitan para cubrir sus necesidades médicas y prestaciones.
El envejecimiento de los funcionarios jubilados y de los mutualistas en general aumenta los costos médicos, ya que las personas mayores tienden a requerir más atención médica, tratamientos complejos y asistencia de largo plazo. Esto eleva el costo per cápita de atención.
Una parte importante de la financiación de MUFACE se destina a pagar a las aseguradoras privadas que ofrecen servicios sanitarios a los mutualistas. Los costos de estas primas han ido aumentando debido a la inflación sanitaria y al incremento de los gastos en tratamientos avanzados.
El convenio con las aseguradoras se revisa anualmente, y las aseguradoras buscan ajustar las primas según los crecientes costos de la atención médica. Esto supone que MUFACE debe asegurar una financiación suficiente para cubrir esos ajustes.
Además de la atención sanitaria, MUFACE ofrece diversas prestaciones complementarias, como ayudas para medicamentos, prótesis, atención dental, rehabilitación, etc. Estas prestaciones también requieren una partida significativa en el presupuesto, que crece con la demanda y el aumento de los costos de estos servicios.
Incorporar nuevas tecnologías y tratamientos médicos avanzados es un desafío constante, ya que los avances en la medicina (como nuevas terapias, dispositivos médicos, y tratamientos biotecnológicos) suelen ser costosos. Aumentar la cobertura de estos tratamientos requeriría una mayor financiación.
Aunque MUFACE ha trabajado en digitalizar sus servicios y mejorar la eficiencia administrativa, la transición a sistemas más eficientes y tecnológicos también conlleva costos iniciales y de mantenimiento que deben ser cubiertos adecuadamente.
Estimaciones recientes de financiación
En 2023, el presupuesto destinado a MUFACE se aproximaba a los 1.900 millones de euros. Sin embargo, los sindicatos y otras organizaciones han argumentado que esta cifra es insuficiente para mantener la calidad de los servicios y la sostenibilidad del sistema, especialmente frente al envejecimiento de la población mutualista y el aumento de los costos de atención médica.
Proyecciones y necesidades adicionales:
Según algunas proyecciones se estima que, para garantizar la sostenibilidad y la mejora del sistema, el presupuesto debería aumentar entre un 5% y un 10% anual en los próximos años.
Esto implica que, partiendo de los 1.900 millones de euros actuales, la financiación podría necesitar incrementarse entre 100 y 200 millones de euros adicionales cada año, dependiendo de la evolución de los costos médicos y la demanda de prestaciones.
Se ha solicitado un incremento en los fondos destinados a las prestaciones complementarias, como los medicamentos y ayudas económicas, para ajustarse al aumento de costos y la mayor demanda por parte de los mutualistas.
Incorporar nuevas tecnologías y ampliar la cobertura de tratamientos avanzados requeriría una inversión adicional, que podría oscilar entre 50 y 100 millones de euros anuales dependiendo del nivel de actualización y las negociaciones con los proveedores de servicios.
La financiación necesaria para MUFACE debería superar los 2.000 millones de euros anuales para garantizar una cobertura sanitaria de calidad, ajustarse al envejecimiento de la población mutualista, y cubrir los aumentos en las primas de seguros y los costos de los nuevos tratamientos.
Las aseguradoras privadas que colaboran con MUFACE han solicitado un aumento significativo en las primas que reciben por cada mutualista, para poder hacer frente a los crecientes costos de la atención médica. Aunque las cifras exactas pueden variar según las negociaciones y la aseguradora específica, hay algunos datos y estimaciones relevantes sobre la cuantía que están pidiendo:
- Actualmente, la prima que paga el gobierno a las aseguradoras privadas por cada mutualista ronda los 900 a 1.000 euros anuales por persona, dependiendo del convenio específico. Este pago cubre la atención médica que los mutualistas eligen recibir a través de las aseguradoras privadas en lugar de utilizar el sistema público de salud.
- Las aseguradoras argumentan que esta cifra es insuficiente para cubrir los costos crecientes, especialmente debido a la inflación en el sector sanitario y el envejecimiento de la población mutualista.
- Están solicitando un incremento de entre el 8% y el 12%, lo que elevaría la prima anual a unos 1.080 a 1.120 euros por mutualista aproximadamente, dependiendo de las aseguradoras y las negociaciones específicas. Este aumento reflejaría el ajuste necesario para cubrir los incrementos en los costos operativos, médicos y tecnológicos.
- Algunas aseguradoras también están pidiendo una prima adicional o una compensación específica para cubrir los gastos derivados del envejecimiento de los mutualistas y los tratamientos de alta complejidad y costos elevados.
- Para los mutualistas de mayor edad (como los jubilados), las aseguradoras solicitan que la prima aumente en un porcentaje mayor debido a que requieren más atención médica. En este sentido, podrían pedir un ajuste de hasta un 15% o más en la prima para este grupo, lo que elevaría la cifra por encima de los 1.150 euros anuales por persona.
- Las aseguradoras también enfrentan el reto de cubrir tratamientos costosos como terapias oncológicas, inmunoterapias, y tratamientos de enfermedades crónicas. Para estos casos, algunas aseguradoras están pidiendo que se incluya un fondo adicional o un incremento específico en la prima para compensar los altos costos que estos tratamientos suponen.
- En algunos casos, se habla de la necesidad de un ajuste de entre 150 y 200 euros adicionales por mutualista que necesite estos tratamientos avanzados, dependiendo de la frecuencia y tipo de atención requerida.
- En las zonas rurales o menos pobladas, donde es más costoso ofrecer atención médica privada debido a la escasa infraestructura, las aseguradoras también piden una compensación adicional. No hay cifras exactas publicadas en este sentido, pero los ajustes en las primas podrían estar entre un 5% y un 10% más en comparación con las áreas urbanas, para reflejar el aumento en los costos logísticos y operativos.
Una de las claves del acuerdo es si el gobierno puede aumentar la financiación pública de MUFACE de manera significativa para cubrir las demandas de las aseguradoras y mejorar las prestaciones complementarias para los mutualistas.
Las aseguradoras tienen hasta el próximo 5 de noviembre para presentar sus ofertas para el concierto de asistencia sanitaria de Muface para los años 2025-2026.
Si el gobierno logra identificar una fuente de financiación adicional o está dispuesto a reasignar recursos, las posibilidades de acuerdo aumentan considerablemente.
Sin embargo, si el presupuesto es limitado o las prioridades fiscales están en otras áreas, el gobierno podría proponer solo un incremento modesto, lo que podría generar tensiones en las negociaciones.
Existe la posibilidad de que, si no se llega a un acuerdo satisfactorio para las aseguradoras, estas opten por abandonar el convenio o reducir su red de servicios. Aunque esto sería una medida extrema, podría aumentar la presión sobre el gobierno para evitar una ruptura, ya que la salida de alguna aseguradora grande podría generar un impacto negativo en el sistema.
Las posibilidades de alcanzar un acuerdo son moderadamente optimistas, siempre que tanto el gobierno como las aseguradoras muestren flexibilidad en las negociaciones.
Si el gobierno ofrece un aumento razonable de las primas y compensaciones adicionales, y las aseguradoras aceptan ajustes graduales en lugar de un incremento inmediato, las probabilidades de éxito son buenas. El principal desafío será encontrar un equilibrio que sea económicamente viable.