El portavoz del grupo municipal del PP, Miguel Lorenzo se ha reunido, de nuevo, con el presidente del Club del Mar, Alberto Santalla, y con el secretario de la entidad, para realizar el seguimiento de la preocupante situación de este club, que lleva luchando desde hace años por garantizar su sostenibilidad y seguir dando servicio a los usuarios de esta sociedad fundada en 1935.

Ambos directivos trasladaron a Miguel Lorenzo que la entidad se tiene que seguir haciendo cargo de los gastos de la piscina municipal, a pesar de que el contrato finalizó el pasado 5 de mayo. Esta situación les ha provocado un déficit de 70.000 euros hasta el mes de septiembre e informaron de que el Gobierno municipal se niega a hacerse cargo de esta importante cantidad económica.

Lorenzo denunció que, a pesar de conocer esta situación de precariedad desde hace más de un año, Inés Rey no ha hecho nada para  solucionar esta asfixia económica provocada por la desidia del propio Gobierno municipal y le exige a la regidora una solución urgente al déficit que le provoca al Club del Mar la gestión de la piscina municipal sin contrato desde el mes de mayo.

El portavoz popular señaló que una entidad con cerca de 90 años de trayectoria social y deportiva se encuentra hipotecada por verse obligada a gestionar sin contrato la piscina municipal, asumiendo un déficit insoportable y sin que el gobierno de Inés Rey aporte ninguna solución, como prestar el servicio el ayuntamiento directamente, sacar a licitación la nueva concesión o que el club preste el servicio con un nuevo contrato actualizado.

El club ha presentado sendos escritos en junio y octubre solicitando que les sean abonados los gastos para evitar que se agrave la  situación financiera, ya muy mermada por el incremento del precio de la energía durante más de un año, y no colaborar a poner en riesgo la sostenibilidad de la entidad.

Esta situación, por desgracia, es muy habitual en la gestión de la concejalía de Economía y Planificación Urbana, gestionada por Lage Tuñas, que a lo largo de los últimos cuatro años ha dejado caducar numerosos contratos sin realizar la planificación necesaria para licitar nuevos contratos y asegurar la prestación de los servicios públicos. Este es un nuevo ejemplo de que el primer teniente de alcaldesa sigue ostentando un suspenso clamoroso en la gestión de los servicios municipales, ya que, en la actual configuración del gobierno municipal, es el máximo y único responsable de los contratos de obra y servicios.