Aunque no sería justo generalizar, convendrán conmigo en que no resulta muy edificante ver como se manejan buena parte de nuestras señorías.

Ya llevamos demasiado tiempo viendo como el todo vale se ha convertido en el factor predominante en buena parte de los actores … provocaciones, desprecios, risas humillantes e insultos no parecen la mejor forma de pacificar, siquiera de celebrar.

Lo cierto es que los rebaños se suman al unísono a la traviata que interpreta el líder. La imagen es patética … todo lo que sea necesario para demoler la imagen del de enfrente.

Parece que estamos bastante lejos de que sea posible aspirar a llegar a puntos de encuentro y parece claro que se cultiva el frentismo …   aunque todos aprietan con fuerza hay quien se lleva la palma.

Ya dije en otro artículo que lo de menos, siendo importante, es la concesión de la amnistía o el resto de cesiones … lo penoso son las convicciones, las motivaciones, el trayecto y la hemeroteca.

Lo mismo que es difícil no pensar en que en ese mercado persa entrarían los antagonistas si hubiesen tenido la mínima posibilidad de lograr la investidura.

Todo es discutible en política, todo revisable, todo corregible … pero, ¡vaya por Dios! … cúbranse un poco … si al menos ejercitasen en sus declaraciones eso de “la duda metódica”.

¿Y que hay de los rebaños?

Parece claro que las alineaciones de los grandes partidos se configuran en base a lealtades férreas que se visualizan con unanimidades y formas públicas al modo de las  pandillas de adolescentes.

A nadie tiene, pues, que extrañar, que buena parte de esa gente valiosa que evitaría muchas de las derivas ya no estén ahí… y me refiero en las dos direcciones.

¡Cuesta hacer un análisis sereno con tanto relleno en las butacas!

La desafección ha crecido muchos enteros estas semanas y en el sentimiento general ha calado eso de “Me gusta la fruta” … y no porque la plebe este por la labor de ser tan navajeros como los dirigentes, sino porque tenemos el frutero lleno y porque estamos cansados de ver a tanto niñato pesebrista convertido en provocador.

No se engañen con la foto que ilustra este artículo, porque bien podríamos encontrar candidatos en la bancada de enfrente … pero la actualidad manda, y la dimensión de lo que hemos vivido estas pasadas semanas no parece fácil de superar …  o ¿quien sabe?

Para aquellos que se sintieron aludidos por el título:  ¡revisen, al menos, si hay gusanos!