Avenida de Finisterre, tres de la tarde, contenedor de basura a rebosar y así cada día sin que nadie ponga remedio. Esto significa que las normas son papel mojado porque el que tiene que lograr que se cumpla no vigila ni desarrolla ninguna medida para concienciar a los ciudadanos que la ciudad se cuida gracias a la suma de esfuerzos de todos.

Esta situación se repite en todos los barrios y se hace especialmente grave con los objetos voluminosos que se abandonan en los contenedores de basura como los colchones o los muebles.

Mientras tanto, los políticos siguen ocupándose de las fiestas para que el pueblo esté bien distraído de lo importante.

A la alcaldesa le pido que desarrolle una fuerte campaña para que los vecinos conozcan las normas y para sensibilizar en el cuidado y limpieza de los barrios y que la policía local vigile que la basura se deposite en los contenedores a su hora, tanto los vecinos, como los comerciantes y hosteleros.