Más de 1.300 firmas, tres cortes de tráfico, tres reuniones infructuosas en el Ayuntamiento, su rechazo rotundo en el escaño del ciudadano y varias caceroladas no bastan para que Inés Rey escuche a los vecinos de las Casas de Franco y cambie un proyecto que no pidieron y que no fue consensuado.

Los vecinos de las Casas de Franco volverán a cortar la Ronda de Outeiro mañana jueves a las 12 horas, para evidenciar su rechazo a un proyecto que no entienden, y que Inés Rey, la alcaldesa herculina, se ha empeñado ejecutar con la oposición frontal de los residentes.

Los afectados rechazan la elevación de la plaza, para la que exigen que se encuentre a cota cero, para facilitar la accesibilidad de muchos vecinos mayores con problemas de movilidad, pero también se oponen al muro de 1,5 metros de alto que los deja atrincherados.

Los vecinos de las Casas de Franco han instalado ascensor en sus viviendas y el ayuntamiento hace ahora una obra que supone una barrera arquitectónica para los vecinos mayores con problemas de movilidad

“No tiene sentido que pusiéramos ascensores, que los vecinos costeamos para el acceso a las viviendas, y que ahora nos venga el Ayuntamiento a poner escalinatas y rampas para acceder y transitar por la plaza”, nos explica Pilar Castro, una de las afectada por estas obras, que a renglón seguido anuncia que mientras la plaza no quede a cota cero continuarán las protestas.

Pero esta es sólo una de las críticas a un proyecto que no saben qué puede esconder. Los vecinos afectados, con 1.300 firmas presentadas y con el apoyo de las asociaciones vecinales de Os Mallos, O Ventorrillo, Los Rosales y Plaza del Comercio, entre otras, rechazan que el ayuntamiento pretenda encerrarles con un muro de más de un metro y medio de altura.

“No entendemos que un gobierno socialista nos quiera ocultar con un muro de 1,5 metros de altura como si se avergonzara de esta zona obrera y quisiera aislarla en un gueto”, cuenta una vecina afectada

Por si no fuera suficiente, los residentes en las Casas de Franco, y los vecinos de las inmediaciones, rechazan la eliminación de una treintena de estacionamientos en superficie, lo que imposibilita aparcar en la zona, una situación que se complicará mucho más cuando se desarrolle urbanísticamente la explanada próxima, que hoy se utiliza como aparcamiento.

Además, critican que ni siquiera habilitan una zona de carga y descarga para proveedores o para parar dos minutos en caso de necesidad o emergencia.

El proyecto elimina 30 plazas de aparcamiento y no contempla zona de carga y descarga en una de las zonas más densamente pobladas de A Coruña

“No se pueden eliminar de un plumazo estos estacionamientos sin ofrecer alternativa a los vecinos. Y, hoy en día, no la hay suficiente espacio para estacionar nuestros coches y las frecuencias de los autobuses no son una opción para desplazarse por la ciudad, por ser escasas y muy dilatadas”, asegura Pilar Castro.

 Los vecinos están a la espera de una nueva reunión solicitada al Ayuntamiento, para que se atiendan las modificaciones que proponen, pero, mientras no sean atendidas, todo hace prever que continuarán las movilizaciones, y no descartan incluso intensificarlas.