“Inés, escucha el pueblo está en lucha”, coreaban ayer más de un centenar de vecinos, mientras anunciaban que intensificarán las movilizaciones si no da marcha atrás a un proyecto que rechazan de plano.
Más de un centenar de vecinos de las Casas de Franco volvieron a contar el tráfico ayer en la Ronda de Outeiro, para manifestar su rechazo frontal al proyecto de urbanización que el Ayuntamiento está acometiendo en la zona, al tiempo que anunciaron la quinta manifestación y caceroladas todos los viernes a las once de la mañana desde el próximo día 31 de mayo.
Los vecinos rechazan un proyecto que elimina estacionamientos, construye escaleras y una trinchera e instalar una pérgola que, dicen, será un punto de inseguridad por el trapicheo, por los botellones y el ruido
Los afectados expusieron que la previsión de instalar una pérgola en la plaza, frente a las viviendas, se convertirá en un foco de atracción para el trapicheo y los botellones, fomentando la inseguridad y el ruido en una zona que ya es de las más conflictivas de A Coruña.
Los manifestantes reiteraron su malestar por las escalinatas que contempla el proyecto, ya que en esas viviendas residen muchos vecinos con problemas de movilidad, lo que dificultará el tránsito por la plaza proyectada.
“Los vecinos pedimos que podaran los árboles y los sustituyeran por otros de crecimiento lento y acondicionaran los jardines, pero no queríamos una obra de más de medio millón de euros que nos deja literalmente en una trinchera”
Asimismo, reprocharon al Gobierno de Inés Rey que les exija los certificados que confirmen que las conducciones eléctricas pueden discurrir por donde se encuentran ahora sin necesidad de modificar su emplazamiento, algo que consideran inaudito, puesto que son los técnicos municipales quienes tendrán que aportar esa documentación y no los vecinos, comenta Pilar Castro.
La afectada asegura que, tanto desde la Consellería de Industria como en la compañía eléctrica responsable de esas instalaciones, les aseguran que esas canalizaciones pueden mantener en el lugar que están sin necesidad de trasladarlas y provocar más molestias.
Más de 1.300 firmas, tres cortes de tráfico, tres reuniones infructuosas en el Ayuntamiento, su rechazo rotundo en el escaño del ciudadano y varias caceroladas no bastan para que Inés Rey escuche a los vecinos de las Casas de Franco y cambie un proyecto que no pidieron y que no fue consensuado
Los vecinos, que consideran ese proyecto de reurbanización muy perjudicial para los residentes en la zona ya que muchos residentes son mayores y tienen problemas de movilidad, aseguraron que se mantendrán en pie de guerra con movilizaciones, cortes, caceroladas y lo que sea necesario mientras la alcaldesa no de una respuesta satisfactoria a sus reivindicaciones.