Volvieron a protagonizar una gran cacerolada el pasado viernes por mañana, para manifestar su rechazo al proyecto de reurbanización que el Ayuntamiento tiene parado desde hace casi un mes.
Dicho y hecho. Cumplieron el viernes 31, y lo volvieron a hacer este viernes. Los vecinos de las Casas de Franco volvieron a protagonizar una gran cacerolada a las 11.00 horas del pasado viernes, para mostrar su rechazo al proyecto de reurbanización que el Ayuntamiento empezó a ejecutar a principios de año, y que se encuentra paralizado después de diversas movilizaciones de los vecinos, que han llegado a realizar cuatro cortes de tráfico en la Ronda de Outeiro.
Más de 1.300 firmas, cuatro cortes de tráfico, dos caceroladas, tres reuniones infructuosas en el Ayuntamiento y el profundo rechazo de los afectados, no bastan para que Inés Rey escuche a los vecinos y cambie un proyecto que no pidieron y que no fue consensuado.
De momento sólo hay un gesto por parte del Gobierno de Inés Rey, y es que después de dos solicitudes de reunión, la primera edil los ha convocado para el martes 11 de junio.
Las “espadas” siguen en alto, y todo dependerá de lo que la alcaldesa responda a las reivindicaciones vecinales, para que las movilizaciones continúen o cesen de definitivamente.
Los afectados mantienen sus reivindicaciones como el primer día, y así se oponen a la elevación de la plataforma de la plaza, porque contempla rampas y escalinatas en una zona donde hay muchos vecinos con problemas de movilidad.
Los vecinos consideran que el gobierno de Inés Rey pretende ocultar la plaza con un muro de 1,5 metros de altura, que supone una barrera insalvable para muchos vecinos con problemas de movilidad
Rechazan de plano la pérgola proyectada porque la ven como un polo de ruidos y de atracción de trapicheros y botelloneros con lo que se incrementará el índice de delincuencia que ya padece el barrio.
El acceso directo de sus portales a la calle es otra de las reivindicaciones innegociables, ya que la “trinchera” proyectada les impide el acceso directo y tienen que desplazarse lateralmente hasta 100 metros para salir a la calle.
La eliminación de los estacionamientos en superficie es otra de las actuaciones que los vecinos condenan, y que no están dispuestos a permitir, ya que aparcar en la zona es una autentica carrera de obstáculos.
Seguiremos atentos al resultado de la reunión entre los vecinos afectados y la alcaldesa Inés Rey para comprobar si, por una vez, da su brazo a torcer y escucha lo que quieren los vecinos.