Con la mirada puesta en las elecciones generales que se producirán en España el próximo 23 de Julio, el actual partido del gobierno está apelando a las bondades de la gestión económica de su mandato de cara a la campaña electoral. El PSOE enarbola a la ministra de economía, Nadia Calviño, como adalid del progreso económico que ha vivido el país según ellos. Presumen de la evolución económica del país, así como de las mejoras en políticas sociales. Y como en esta tribuna no se analiza la política, vamos a analizar la evolución económica de España.

A corto plazo, comparando la economía con su nivel antes de la pandemia del COVID – 19, España está a la cola de la recuperación económica. Y es que nuestro país todavía no ha recuperado el nivel de crecimiento anual del Producto Interior Bruto (PIB) que había antes de la pandemia. No es una anécdota el crecimiento de PIB de España, sino que España es el país que menos crece en Europa desde 2018: un 0,4% anual de media frente al 1,3% anual de la media europea. Como curiosidad, en 2018 el PIB per cápita de España era el 90% del PIB per cápita medio en Europa mientras que en 2022 esta cifra bajó al 85%.

Como el PIB, España es el único país de la Unión Europea que ha caído la renta per cápita en el período comprendido entre el año 2019 y el año 2022, con una bajada del 1,2% frente un aumento del 4,3%. También, España es el país de Europa donde más ha caído la renta per cápita en relación con el poder adquisitivo: un 6,6% desde 2019, es decir, que los españoles son los ciudadanos de Europa que más se han empobrecido. 

Recordemos que España por tamaño es el cuarto país de la zona Euro; sin embargo, España ocupa el puesto trece en términos de riqueza, medido a través del PIB real per cápita. En los últimos cuatro años, hemos sido superados por Chipre. A este hecho ayuda que España (junto con Grecia) sufre la tasa de paro más alta de Europa, duplicando la media europea (13% vs 6% UE) y eso después de haber manipulado las estadísticas con los fijos discontinuos. También tenemos la mayor tasa de paro femenino (15% vs 6% UE) y juvenil (30% vs 14% UE). Uno de cada tres españoles menores de 25 años está en paro.

Con respecto a la balanza comercial, el déficit comercial se ha duplicado desde 2018, hasta superar los 68.000 millones de euros. Es decir, España compra 68.000 millones de euros más de los que vende. Esto significa que perdemos competitividad. Esta competitividad perdida se refleja en el sistema impositivo español. Y es que la factura fiscal que pagan los trabajadores, mediante el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y cotizaciones sociales, ya se sitúa 5 puntos por encima de la media de la OCDE. Y las cotizaciones van a seguir subiendo debido a la reforma de pensiones del ministro de Seguridad Social Jose Luis Escrivá.

Con respecto a la subida de precios, la inflación acumula un incremento del 16% desde el inicio de la escalada de precios, en febrero de 2021, en línea con la media de la zona euro. Ni rastro del supuesto efecto positivo de la “excepción ibérica”. Más concretamente, Los alimentos no han bajado de precio. Suben un 13% el último año, un 25% desde febrero de 2021 y un 29% desde que gobierna el actual gabinete.

Sobre políticas sociales, la pobreza real o carencia material severa está en máximos en España, por encima incluso de 2008 según la encuesta de condiciones de vida. Sin embargo, el Estado gasta hoy en día 100.000 millones de euros más al año que cuando se inició la legislatura. Y es que España es el 2º país de la UE donde más ha aumentado el gasto público desde la pandemia, sólo superados por Grecia.

Con otra perspectiva sobre impuestos, actualmente los ciudadanos españoles sobreviven a un expolio fiscal, pues el gobierno ha creado o subido más de 40 impuestos. En esta legislatura la recaudación sobre el PIB ha subido 10 veces más que la media de la UE. Pero, pese a la recaudación récord, el Estado sigue gastando mucho más de lo que ingresa. El déficit roza el 5% del PIB. Y no es un problema coyuntural. El déficit estructural ronda el 4,5% del PIB. Todo esto se traduce en que la deuda pública cerró 2022 por encima de 1,5 billones de euros, hasta el 113% del PIB. España es el país de la Unión Europea que más ha incrementado la deuda/PIB desde 2019: 15 puntos vs 6 de media UE.

En definitiva, cada uno de los párrafos anteriormente descritos relativos a recuperación económica, medidas sobre PIB y PIB per cápita, pérdida de poder adquisitivo, paro, impuestos, políticas sociales y poca eficiencia en el gasto merecerían un desarrollo en profundidad. Se ha comentado tan solo algunos aspectos que llaman poderosamente la atención en España, pero hay muchos más. Y la solución no está en que gobierne la derecha o en que gobierne la izquierda, sino que la solución reside en el espíritu crítico de los votantes que deberían castigar cualquier tipo de gasto no justificado, como se hace en los países nórdicos. 

Por lo tanto, la ciudadanía de España necesita un espíritu crítico que se aprende con educación. Y como decía Antonio Escohotado “Un país no es rico porque tenga diamantes o petróleo. Un país es rico porque tiene educación. Educación significa que, aunque puedas robar, no robas. […] Cuando un pueblo tiene eso, cuando un pueblo tiene educación, un pueblo es rico”.

Fuentes utilizadas: Manuel Llamas, datos de INE y Eurostat