A veces los partidos políticos se precipitan y cometen errores que aprovechan sus rivales. No parece que pedir la dimisión todos los días – mañana, tarde y noche – sea la mejor estrategia para derribar a Tirano Pedrone, ni tampoco plantear una querella con un recorte de periódico que no se admite a trámite.

Paciencia y sentidiño. El pájaro se desangra y, más pronto que tarde, caerá.