El 67% de los votantes vascos han elegido a partes iguales al PNV y Bildu.

Desde siempre he defendido el concepto sobre el que se basa la democracia, que no es otra cosa que la decisión de las mayorías. De igual forma que las respeto cuando se celebraron en Galicia, lo hago en este caso.

Pero sucede que, aun partiendo de ese concepto, existen diferencias entre unas elecciones y otras. Circunstancias que nada tienen que ver con el concepto de democracia, que nacen del blanqueamiento sistemático de una formación de la cual depende que el gobierno actual se mantenga en el poder. “No pactaremos con Bildu”, eso será cierto si el PNV acepta el estatus actual con el PSOE. La trayectoria de Sánchez y el valor de su palabra no invitan al optimismo, ya que, en demasiadas ocasiones, hemos visto cómo su interés personal prevalece sobre cualquiera otra cuestión de interés nacional. 

El espíritu de Ermua ha muerto, y no con un tiro en la nuca, sino con el consentimiento de quienes tienen el deber de defender la Constitución y el Estado de derecho.

La lectura de la llamada “lucha armada”, en lugar de terrorismo y asesinatos, ha calado profundamente entre la juventud, porque no ha convenido que se divulgue la verdadera historia. Una historia que sí pudo servir en la dictadura, NUNCA en democracia, en cuyo periodo precisamente se han producido más asesinatos. El espíritu de Ermua ha muerto, y no con un tiro en la nuca, sino con el consentimiento de quienes tienen el deber de defender la Constitución y el Estado de derecho. 

Muchos vascos tuvieron que marchar de su tierra y otros lucharon en primera línea contra ETA y sus cómplices. Fueron la conciencia cívica ante el terror y hoy no pueden evitar el dolor de ver cómo otros parecen haber elegido el olvido. «Nada se puede entender», señala Claudia Múgica, miembro de la plataforma Ego Non y nieta de Fernando Múgica, asesinado por ETA en 1996, «sin el hecho de que el País Vasco ha sufrido medio siglo de terror y extorsión, y la expulsión de 200.000 vascos y su descendencia, que no pueden votar”.

La mayoría de los ciudadanos vascos han votado en libertad y han decidido olvidarse de tantos muertos y el calvario de un ciudadano llamado Ortega Lara.

A corto plazo parece seguro que no se va a encrespar la situación, porque al PNV le gusta recoger las nueces que caen del árbol por otros agitado. El calvario del 155, de las detenciones, del proceso, las condenas, la cárcel y, tal vez, el indulto, que quede para los catalanes. Ellos a esperar con la ayuda del PSOE. En todo tiempo y lugar existieron personajes como aquel ministro alemán llamado Goebbels que informaba a los ciudadanos con las más abyectas mentiras y el pueblo llegó a creerlas. 

De cualquier forma, termino opinando que el 67% de los votantes vascos han elegido a partes iguales al PNV y Bildu y eso es incuestionable, como también en otros tiempos en Alemania e incluso en España los resultados electorales eran mayoría. Claro que no teníamos libertad para decidir, pero esa libertad también depende del llamado “lavado de cerebro” y de olvidarse de tantos muertos y el calvario de un ciudadano llamado Ortega Lara. 

Sigo creyendo en la Democracia contada en libertad y pluralidad.