La Institución Benéfico Social Padre Rubinos ha registrado en los cuatro primeros meses del año un incremento del 15% en la demanda de persona que acuden al Comedor Social diariamente, un diagnóstico que preocupa seriamente al presidente de la Entidad, Eduardo Aceña, porque “la situación se está agravando y no parece tener techo”.

Si a finales de 2022 se servía una media diaria de 300 comidas, actualmente la cifra no baja de 350, un incremento constante de personas que hasta ahora nunca habían frecuentado el comedor social, comenta Aceña.

Y es que muchos de esos nuevos comensales debieron llegar recientemente a la ciudad procedentes de sus países o de otros puntos de España, ya que sólo el 35% de los comensales habituales tienen nacionalidad española, mientras el 40% tienen origen latinoamericano y el 25% procede de distintos países del Magreb.

Las colas del hambre en A Coruña, lejos de reducirse, se incrementan notablemente, al tiempo que las donaciones a los bancos de alimentos se reducen, y las ‘cestas de la compra’ que proporcionan semanalmente a las familias más necesitadas también sufren limitaciones.

De momento ‘Padre Rubinos’ está salvando esta difícil situación, provocada en buena medida por la insoportable inflación que venimos padeciendo desde hace más de un año, y que ha mermado el poder adquisitivo de las familias porque, como señala el presidente de la Institución Benéfico Social, “los salarios se han empobrecido”

Esta pérdida de poder adquisitivo también se refleja en el hecho de que las donaciones se han reducido, al tiempo que las necesidades se han incrementado. Sin embargo, Eduardo Aceña reconoce el esfuerzo y agradece la sensibilidad de ciudadanos y entidades privadas que continúan haciendo sus aportaciones y, en algunos casos, reforzándolas.

Pero si la demanda para atender las necesidades básicas de cientos de personas diariamente en el Comedor Social no deja de incrementarse, las solicitudes para acceder a otras de las instalaciones y servicios de la Institución también aumentan.

Así, la Residencia del Complejo Gerontológico cuenta con una lista de espera de más de 800 personas; el Centro de Día está funcionando al 100% sin ni una plaza disponible, y la Escuela Infantil Carmen Cervigón agotó su cupo de matrícula en apenas 6 horas el día que se abrió el plazo el pasado mes de abril, quedando cubiertas las 146 plazas que ofertó para niños entre 4 meses y un año y de 2 a 3 años.

Con semejante demanda no es de extrañar que, como comenta el presidente de la Entidad, desde distintos punos de España se interesen por el modelo de organización y funcionamiento que se sigue en la Real Institución Benéfico Social Padre Rubinos, con más de un siglo de existencia atendiendo a los más necesitados.