Antes de que quienes tengan la paciencia de escucharme y comiencen las críticas (siempre admitidas) o los insultos que no serían contestados, aclaro, una vez más, que la derecha política me importa o incomoda tanto como puede hacerlo la izquierda actual. Lo que realmente me interesa y preocupa es la deriva que nos conduce al incumplimiento de la Ley y el desmantelamiento del Estado de derecho. Añado, por si existiese alguna duda que para mi entender entre los tres peores presidentes de Gobierno sitúo al Sr. Rajoy que con su dejadez provocó el consabido refrán de “que de aquellos polvos estos lodos”.

He sido de los primeros en salir a la calle con mis compañeros/as a denunciar la ofensa del famoso 0,25 % de la subida de las pensiones y de tantas ausencias y corrupciones que pudiesen haber cometido personas de su gobierno y que han pagado con penas de prisión, al contrario que al algún otro. Del dinero concedido a los bancos y no han devuelto a pesar de que ahora anuncian cuantiosos beneficios a cuenta de reducciones de personal.

Me preocupa que quienes cometen delitos amparándose en aquello de “que son cuestiones políticas y no deben judicializarse”, tengan patente de corso frente al ciudadano de a pie que comete un delito y tiene que pagar por ello conforme señale el preceptivo juicio.

Pues bien, ahora en este tiempo presente me preocupa y me indigna la mentira política y la pretensión de que poniendo por delante “el bienestar de España”, compren votos a cambio de prebendas a los delincuentes, a aquellos que quemaron coches, que cerraron aeropuertos, que bloquearon autopistas, que provocaron la huida de su Autonomía de cientos de empresas .

Ahora su deuda será condonada y para ello lo adornan con que al resto de las Autonomías también lo harán, ocultando que quienes bien gestionaron no se endeudaron ni crearon embajadas en el exterior, ni proclamaron repúblicas de 30 segundos.

Es hora ya de que nos digan a la cara y sin tapujos que la compra de siete votos es a cambio de todo eso y no traten de explicar el motivo de la amnistía. La verdad es la que es: una presidencia a cambio de una nueva forma de Estado, del olvido de los delitos cometidos y juzgados hasta llegar al “España nos roba“ de la época de Pujol. Todo eso será borrado, no habrá existido culpándose a sí mismo, puesto que formaron parte de la aplicación del artículo 155.

Los trabajadores de los famosos rodiles se declaran en huelga debido al traspaso de los trenes de cercanías a Cataluña y no solo eso sino que su coste y el mantenimiento habrá que pagarlo. En tanto, en Galicia ferrocarriles de la época de Alfonso XIII tardan dos horas en comunicar Ferrol con Coruña y “prometen procurar mejorar dicha situación“

La entrega a de la A-6 tantas veces reclamada por aquellos que hoy gobiernan cuando eran otros los que lo hacían, nos ofrecen el caramelo de reducción de las tarifas en función del uso que se haga de ella. Se critica la protesta ciudadana frente a la sede del partido que gobierna, (no soy yo partidario de que sea ese el lugar indicado), pero tampoco lo era antes cuando incluso se llegó o pretendió rodear hasta el Congreso de los Diputados.

La protesta ciudadana debe producirse con orden en la calle, sin parecerse en nada a aquellos que hacían escraches o incendiaban coches y pretendían quemar a servidores del orden público dentro de ellos. Se convocan concentraciones para el domingo en las plazas céntricas de cada capital de provincia y yo desde mi posición de ciudadano libre y sin partido ACUDIRÉ, en defensa de aquello por lo que luché en la dictadura y aun después. Por la concordia, por la Constitución, por la Transición del 78 y fundamentalmente en contra de la mentira política, de amnistiar a los delincuentes y por hacerles notar a aquellos que así lo practican que pueden llegar a gobernar legalmente.

Pero no solo será la destrucción de su partido (cosa que lamento) y convertir a España en lo que pretende una minoría de un millón de votos frente a 18 millones. Y si esos independentistas desean un referéndum que se haga… Con una condición,  que votemos todos.

Estaré este domingo y ahora vais y me llamáis lo que os dé la real gana, pero a mí a no me ganaréis en la defensa del Estado de derecho y la libertad. Ya que esa libertad es de todos, no de quien la impone con siete votos