Claudia Sheinbaum, primera mujer presidenta de México, no invitó al jefe del Estado español por “no haber pedido perdón por la conquista de México”, olvidando que los españoles libraron a las tribus indígenas de la barbarie de los aztecas, pero se acobarda ante EEUU, que se apropió de gran parte de los territorios de México en 1846, y los invita a su toma de posesión.